Luego de un estudio realizado por la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) y la consultora Hinicio, podría calificarse al país como un “casi perfecto” aspirante para fabricar vehículos de celda de combustible (FCEV).
Sucede que, tras un análisis de su vasta experiencia, capacidad instalada, mano de obra calificada y renombre, el resultado ponderado arrojó una cifra positiva de 4.80 sobre 5.
Cabe aclarar que, para realizar el análisis, se tuvo en cuenta el montaje de los vehículos y no la producción de todos los componentes, integrando tanto las piezas producidas a nivel nacional como las importadas de acuerdo con su costo y suministro.
¿Qué se consideró para llevar adelante la evaluación?
Todos los argumentos en diferentes puntos de criterio permitieron brindarle al país un puntaje de cinco tantos, el más alto, excepto en el último caso.
En principio, la disponibilidad de recursos naturales es fundamental, considerando que la nación es el cuarto mayor exportador de autopartes, de las cuales más del 20% son completamente metálicas.
Por otro lado, el acceso a la cadena de suministro fue otro factor a favor, dado que el país tiene pleno acceso a las cadenas de suministro de la industria automotriz con Estados Unidos, Europa y Asia.
En tercer lugar, el talento y los recursos humanos. En este sentido, la balanza se inclina para un territorio donde el 1,8% de la población económicamente activa trabaja en el sector automotriz en México.
A su vez, la capacidad de producción instalada es un punto muy importante, especialmente en una nación que cuenta con 26 plantas en el sector automotriz de 12 grandes fabricantes de automóviles, distribuidas en 15 Estados.
Por supuesto, para este caso, la experiencia nacional en el desarrollo de nuevas cadenas de valor es prioritario.
En este ítem, se considera que México tiene experiencia reciente en la instalación y adaptación de líneas de montaje de vehículos eléctricos, con la planta de Nissan Leaf en Aguascalientes y el reciente anuncio de que la planta de Ford producirá el nuevo Mustang Match-E en el Estado de México.
Además, teniendo en cuenta que México se encuentra en el top 10 mundial de la mayoría de las actividades dentro del sector automotriz (exportador de vehículos, autopartes, productor de motores, etcétera), todas inscritas en el marco del comercio internacional de vehículos y de acuerdos comerciales específicos, el contexto comercial con los países consumidores potenciales es más que favorable para el país.
El único criterio en el que la nación “flaquea”, con su puntaje de cuatro puntos, es en el “desarrollo del ecosistema de manufactura”.
Allí igualmente se destacó que el sector automotriz cuenta con un ecosistema de desarrollo óptimo, donde durante los últimos 5 años tres nuevas grandes plantas han iniciado operaciones en el país: las de BMW, Audi y Toyota.
En conclusión, “la industria automotriz podría continuar prosperando en el país, aprovechando un ecosistema de fabricación robusto para producir FCEV”.
“Al poseer una ubicación estratégica en América del Norte y el acceso a los océanos Atlántico y Pacífico, México muestra el potencial de posicionarse como un fabricante líder de FCEVs en todo el mundo”, concluye la investigación.