El anteproyecto de Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME), formulada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y hecho público por la CONAMER, establece metas hacia 2030 por siete millones de vehículos ligeros.

Para alcanzar este objetivo, el país debería sumar a su parque vehicular más de un millón de unidades por año en promedio. Es decir, unos 83.000 por mes. 

Según asociaciones del sector privado, este objetivo resulta “inalcanzable”.

Inclusive desde la Asociación Mexicana de industria Automotriz (AMIA) estiman que en el escenario más optimista, la penetración de los electrificados podría representar el 38.9% de las ventas totales al 2030.

Nominalmente esto implica la puesta en circulación de 645.325 unidades, lo cual representa un décimo de lo planteado por la ENME.

A su vez, estiman que el porcentaje de penetración al 2030, de no aplicar políticas de incentivos, sería del 19.1% (316,856 unidades).

Hacia el 2040 la meta de la ENME es de 22 millones de vehículos ligeros y 894.000 vehículos pesados y al 2050 de 31 millones de vehículos ligeros y 987.000 vehículos pesados.

Si bien la hoja de ruta indica la “promoción” de incentivos fiscales y no fiscales, no establece objetivos vinculantes.

En ese sentido, privados del sector industrial, de autopartes, distribuidores y del transporte pesado hicieron llegar su mensaje a la SEMARNAT para incorporar puntos que, según su visión, ayuden a desarrollar la electromovilidad en el país.

En él, indican que sólo con esfuerzos comparables a la Inflation Reduction Act (IRA) de Estados Unidos podrían alcanzarse los objetivos propuestos.

Esta política implicó 370.000 millones de dólares en investigación, desarrollo de baterías y créditos para la producción y adquisición de vehículos eléctricos.

Salvando distancias, las asociaciones mexicanas proponen la incorporación de los siguientes puntos al plan propuesto por la SEMARNAT:

1. Integrar todas las tecnologías vehiculares necesarias para la transición a la electromovilidad.

2. Considerar un esquema de incentivos robustos para la manufactura, para el consumidor y para la ampliación y el mantenimiento de la infraestructura de recarga.

3. Ajustar las metas de introducción de las tecnologías hibridas, hibridas conectables y eléctricas

4. Incorporar los lineamientos pertinentes del estudio “Lineamientos para una política nacional de movilidad eléctrica 2023” en la ENME.

“La adopción de estos lineamientos en una política permitirá a la industria automotriz y a las actividades económicas que se vinculan a ésta, materializar la transición a la electromovilidad de forma gradual, planeada y exitosa”, estiman desde el sector privado.

Por otra parte, hacia el 2030 la hoja de ruta también dispone la incorporación de 338.000 vehículos pesados.

Respecto a la introducción de vehículos pesados al parque vehicular, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) sostuvo que hacen falta políticas “reales” y no “aspiracionales”.

“Hemos participado en grupos de trabajo con SRE, Economía, SEMARNAT. No podemos estar hablando de metas aspiracionales”, indica Miguel Elizalde, presidente de la asociación.

Y suma: “Se tienen metas aspiracionales para alcanzar un 50% de ventas de eléctricos y un 100% de las ventas en 2040. No son metas realistas”.

Cabe destacar que hasta mayo, la venta al mayoreo de la tecnología cero emisiones fue nula.

Tendencias de crecimiento respecto a las metas

En el último año, las ventas de vehículos cero emisiones sumaron un total de 5.631 unidades, lo cual implicó una variación acumulada de casi el 394% respecto al 2021.

De mantenerse la tendencia, la proyección podría superar las metas, aunque desde el sector privado se estima que las condiciones no auguran ese crecimiento.

A su vez, de acuerdo con datos del Registro Administrativo Vehicular del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante 2022 los vehículos ligeros de estas tecnologías representarán sólo el 4.7% del mercado mexicano.

En el caso de vehículos pesados, representaron el 1% de las ventas anuales.

A su vez, según cálculos de asociaciones, de aplicarse las medidas indicadas, la venta de electrificados podría ascender a las 59.352 unidades registradas este año.

A su vez, en el escenario optimista, se podría finalizar el 2024 con 122.414 vehículos vendidos.

En el escenario planteado, y con políticas públicas adecuadas, la penetración de los electrificados podría representar el 38.9% de las ventas totales al 2030, lo cual implica la puesta en circulación de 645.325 unidades.