Todos los meses las ventas de vehículos eléctricos e híbridos cierran en alza, y a pesar, de ser recargados en un 80% en residencia, los puntos de carga públicos son fundamentales para la confiabilidad. Hoy en día esa energía en Colombia está prohibida venderla como tal.
En este sentido, Alejandro Lucio Chaustre, director de Consultoría y mercados mayorista en Óptima Consultores, sostiene: “Es algo que debe resolverse este año”.
“Es necesario que se defina cuál es el tratamiento que se le dará a la venta de energía en las estaciones de carga pública que al momento no es claro cómo se factura. Se hace como servicio, no como energía eléctrica”, indica a Portal Movilidad.
Y agrega: “Esto tiene implicancias de carácter tributario porque la venta de energía en Colombia está excluida del IVA, mientras que el servicio sí lo tiene. Entonces una electrolinera, que será ese el consumidor de energía, debe poder vender esa energía como energía y el tratamiento tributario tiene que ser el mismo que cuando se vende de la red”.
Este es un punto ya planteado a la Misión de Transformación Energética para lo cual el Gobierno ya toma cartas en el asunto. Por lo que destaca que es de las próximas medidas a tomar dado que los incentivos a la compra de unidades, beneficios a la circulación y metas para el transporte masivo ya están establecidos.
“Hoy en día con el marco regulatorio vigente, el usuario es la electrolinera, no el vehículo, por lo que al revenderla como servicio aparece un IVA del 19%”, explica el director de la firma dedicada a la asesoría en aspectos regulatorios, financieros y comerciales en el sector de energía eléctrica y gas.
Cabe recordar que en noviembre del 2020 el Ministerio de Minas y Energía de Colombia invitó a los distintos actores del mercado a establecer observaciones y sugerencias sobre el proyecto de resolución que “autoriza a las estaciones de servicio automotrices, para ofrecer entre sus servicios, el suministro de energía eléctrica vehicular por medio de la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos”.
En paralelo, el país se encuentra en un momento en el que se desarrollan múltiples proyectos de energías renovables a gran escala y generación distribuida.
En renovables no convencionales la matriz es cerca del 1,5% de la capacidad instalada y con los proyectos aprobados de las subastas de renovables en 2019 es del orden del 6% para el 2022.
“Las empresas ya se están interesando. Las del sector petrolero, que inician su transición a energías limpias, preparan proyectos de generación distribuida para abastecer las estaciones de servicio para sus futuros puntos de carga”, menciona Chaustre.