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miércoles 03 de julio de 2024
Historias de vida. La mujer detrás de la flota de buses 100% eléctrica que transforma Bogotá
Carolina Martínez es la gerenta de La Rolita, la primera operadora de transporte público en Colombia con una flota de buses eléctricos y un enfoque con equidad de género e inclusión, donde más del 60% de las conductoras son mujeres.
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Carolina Martínez, gerenta de La Rolita, está sentada en su oficina en Bogotá, con una sonrisa en el rostro. Motivos le sobran: tras más de 20 años de experiencia en el sector del transporte, hoy lidera la primera operadora de transporte público en Colombia con una flota de buses 100% eléctricos y un enfoque con equidad de género e inclusión

“Es un proyecto que me da un propósito de vida. Me enamoré no solo desde la parte social sino desde la parte técnica. Es mi pasión”, expresa con firmeza.

¿Quién es la mujer que trabaja en devolverle un transporte público digno al sur de Bogotá y transforma realidades a su paso?

Su historia, si se pone bajo la lupa, demuestra que la posibilidad de repensar un sistema sostenible, inclusivo y con equidad de género no solo es factible, sino que mejora la calidad de vida de una ciudad y de cada una de las personas que la conforman. 

“Si me brindaron la oportunidad de liderar La Rolita, ¿por qué no dársela a otras mujeres?”, continúa.

Con una flota de 195 buses 100% eléctricos, no solo está escribiendo un capítulo nuevo en la historia del transporte en América Latina, sino que está redefiniendo lo que significa liderar con inclusión y equidad. Características que, sin dudas, la definen.

Leer más: Con 195 buses eléctricos debuta la primera operadora pública de Bogotá

El día de la asunción, Claudia López, exalcaldesa de Bogotá, dijo: «Carolina es una mujer con más de 20 años de experiencia en este sector, es ingeniera, está muy preparada académicamente pero, lo más importante: humanamente. Es una gran profesional, es un gran ser humano, es madre de Ricardo José, es hija de una familia estupenda».

Hoy, a casi dos años de asumir su cargo, Martínez tiene en claro que no es el centro de la atención: “Yo no soy la protagonista de esta historia, las protagonistas son nuestras mujeres y nuestros hombres, que llegaron hasta acá con una decisión”.

Esa visión es una imagen completa de su propósito de vida: ayudar a los demás y mejorar la movilidad de una ciudad.

En ese sentido, hay un hecho que estructura todo: en Bogotá, Colombia, durante más de diez años, no existió transporte público formal. 

La Rolita, la operadora de transporte público con nombre de mujer, no surgió por casualidad.

“Los residentes de Bogotá se llaman a sí mismos “rolos” y, para representar que es una empresa de los bogotanos, con más de la mitad de empleadas mujeres, se la conoce como “La Rolita”, destaca sobre la elección del nombre.

Podría decirse que los cimientos de la carrera de Martínez se remontan a sus días universitarios. Es ingeniera industrial y una oportunidad en el Sistema Transmilenio la llevó a sumergirse en el mundo del transporte público. 

Sobre sus inicios, recuerda: “Siempre estuve vinculada a temas de operaciones, programación y al sistema de gestión de calidad. Ahí fui creciendo en experiencia y en conocimiento. Creo que Transmilenio sigue siendo un sistema de éxito”.

A lo largo del tiempo experimentó en varias empresas, tanto en Colombia como en el extranjero. Fue testigo de proyectos pioneros en el lanzamiento de buses biarticulados hasta la implementación de tecnologías híbridas.

La convocatoria a La Rolita llegó por un mensaje de Whatsapp, aunque en primera instancia dijo no estar interesada. Sin embargo, cuando supo que tenía un “enfoque de mujeres” que se traducía en “darle la oportunidad a otras”, no dudó ni un segundo.

En estos 24 años no fue fácil para mi escalar. En Colombia muchas veces se facilita tener padrinos. Yo no tengo padrino político ni en ningún sector. Mi trabajo demuestra lo que hago”, enfatiza. 

Así, Martínez presentó su hoja de vida, atravesó un proceso de vinculación con otras dos candidatas y tuvo una entrevista con la alcaldesa de la administración anterior de Bogotá.

Por su parte, Carolina se define así: “Primero que todo, soy mamá. También soy hija, soy gerenta, soy amiga, soy hermana, soy tía. Soy una mujer común y corriente a la que todos los días le duelen muchas cosas. Soy sobreviviente al cáncer y todos los días trato de estar feliz”.

La Rolita, un refugio más allá de la movilidad sostenible

Cada amanecer, se levanta para recorrer un trayecto de 55 kilómetros hasta el patio de La Rolita y empezar la jornada laboral.

“Soy madre y cabeza de familia de un niño de 12 años”, comenta antes de detallar su rutina diaria. 

Se encarga de programar sus partidos de fútbol para dejar todo en orden, pero también en ese recorrido aprovecha para avanzar con su tesis de Maestría en Gerencia.

Para ella, cada día en La Rolita es una oportunidad para hacer una diferencia. “Soy paciente oncológica, me diagnosticaron cáncer de mama”, comparte. 

“En La Rolita construimos una población de mujeres con cáncer”, continúa. Logró transformar su experiencia y formar una comunidad de mujeres que están atravesando lo mismo.

Más allá de su compromiso con la movilidad sostenible y la equidad de género, en La Rolita se genera un ambiente de solidaridad y apoyo que trasciende las barreras del transporte público.

Llevan adelante grupos de contención y campañas de detección temprana, siempre valorando el papel crucial que desempeña la comunidad en el proceso de recuperación y empoderamiento.

Su propósito es claro: «Quiero devolverles el aliento de vida. Lo que pueda hacer para que más mujeres puedan identificar esta enfermedad a tiempo, lo voy a hacer”.

¿Cómo es un transporte público sostenible con equidad de género e inclusión?

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La Rolita es la primera operadora de transporte público en Colombia con una flota de buses 100% eléctricos y un enfoque con equidad de género e inclusión.

Desde el comienzo, en 2022, La Rolita marcó un precedente en el mundo del transporte público al priorizar la equidad de género y la inclusión. Esa experiencia fue el puntapié inicial para brindar oportunidades a otros sectores de la sociedad.

Hoy en día cuentan con más de 900 empleados y empleadas en total. Se comprometen en la inclusión de todas las edades, identidades y orientaciones sexuales.

El 17% son personas que tienen entre 18 y 28 años y el 4% son personas mayores de 50 años. «También tenemos migrantes, nuevos bogotanos, que vienen de otros países y no tienen una oportunidad para trabajar».

Dentro de esa ecuación, cada persona encuentra su lugar. Hay mamás con sus hijos y hasta abuelas con sus nietos que encontraron su propósito en la conducción de buses eléctricos por las calles de Bogotá.

“No solo tenemos equidad de género, también una población de inclusión”, subraya.

El sector del transporte, un mundo masculinizado

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), menos del 20% de las personas que trabajan en el sector transporte son mujeres.

En un sector históricamente masculino, Carolina afirma haber experimentado muchas barreras a lo largo de su trayecto, a diferencia de sus compañeros hombres.

Explica que, ante esas situaciones, la paciencia fue fundamental, ya que al ser madre soltera, una tiene que aprender a no bajar la cabeza, pero sí reconocer que necesita el trabajo.

«Nunca miraban a una mujer como una posible líder de esa empresa», lamenta señalando las desigualdades salariales y de oportunidades que enfrentan las mujeres en comparación con sus colegas.

Y agrega: «Creo que aún falta evolucionar y que nos den la oportunidad a las mujeres de liderar en el sector», reflexiona sobre la importancia de crear un ambiente laboral más inclusivo y equitativo. 

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