En un contexto de tensiones comerciales globales y transformación tecnológica, Brasil se posiciona como un campo estratégico en la competencia automotriz entre Japón y China.
Dos de sus fabricantes más emblemáticos –Honda y BYD respectivamente- intensifican sus inversiones en el gigante sudamericano, de la mano de gestos públicos y reuniones con las altas esferas del gobierno.
Quizás aquí la mayor diferencia entre ambas empresas sea el foco de sus mercados electrificados.
Mientras la japonesa elige centrarse en la producción de híbridos Hev Flex con etanol -biocombustible muy popular en Brasil- su competidora china se siente cómoda priorizando los vehículos 100% eléctricos, si bien también tiene amplia oferta de híbridos enchufables.
Honda: foco en la tecnología Hev-Flex con etanol
Hace horas, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió al presidente de Honda para América del Sur, Arata Ichinose. En la reunión estuvo también el vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin.
Allí, la automotriz anunció una inversión de 4.200 millones de reales (aproximadamente 800 millones de dólares) en Brasil, destinada a la introducción de tecnología para vehículos híbridos y al desarrollo de una cadena de autopartes para estos modelos.

El Honda Civic Híbrido con etanol, especial para el mercado de Brasil.
El presidente de Honda regional destacó que esta inversión busca fortalecer la presencia de la marca en el país y contribuir a la transición hacia una movilidad más sostenible, tal como reseña el sitio oficial de la presidencia.
La inversión contempla la producción de un nuevo modelo SUV híbrido-flex, que combinará etanol y electricidad, previsto para su lanzamiento en 2025.
Otra empresa japonesa, Toyota -que invertirá en Brasil unos 2.000 millones de dólares en los próximos años- también tiene muy claro el rol de los híbridos con etanol para el público nacional.
Roberto Braun, director de Comunicación de la compañía, admite en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica: «La elección de la mejor alternativa tecnológica depende del contexto de cada país y de las necesidades del cliente».
«En Brasil, un país de dimensiones continentales donde existe amplia producción y disponibilidad de caña de azúcar, los biocombustibles son una de las mejores alternativas».
El panorama regulatorio del sector automotriz también jugó un papel clave.
«Políticas públicas como el programa Mover y Combustible del Futuro, fueron decisivas para acelerar la transición hacia tecnologías más limpias en el sector automotriz, consolidando la posición de Toyota como pionera en soluciones sustentables, especialmente la tecnología híbrida flexible», suma Braun.
Particularidades de la industria automotriz brasileña
Respecto de la relevancia del etanol en la movilidad brasileña, Ricardo Bastos -director de Relaciones Institucionales y Gubernamentales de GWM Brasil– sostiene en diálogo con este medio: «Entendemos que el etanol tiene un papel importante aquí, tanto es así que GWM está desarrollando localmente motores flex, toda nuestra línea será flex».
En ese sentido, detalla: «Tanto la línea Haval como los demás modelos que traeremos en 2026 tendrán esa tecnología. Brasil tiene biocombustibles desde hace más de 30 años, entonces es natural que el gobierno ofrezca más incentivos. De todas formas, creemos que Brasil también debe tener electrificación».
GWM está a punto de comenzar la fabricación local en su renovada planta de Iracemápolis, en Sao Paulo.
BYD busca incrementar su presencia como líder automotriz
Por su parte, la empresa china BYD aumentó en un 83% su inversión automotriz en Brasil, alcanzando los 5.500 millones de reales (aproximadamente 1.005 millones de euros).
Esta inversión se destinará principalmente a acelerar la construcción de su fábrica en Camaçari, estado de Bahía, con el objetivo de iniciar la producción de automóviles eléctricos a finales de 2025.
Cabe destacar que el «rey» de la industria automotriz asiática de Nuevas Energías fue el primero a quien visitó, también esta semana, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, actualmente de gira estratégica en China con el objetivo de atraer inversiones en movilidad eléctrica, producción de baterías e infraestructura digital.
Según medios locales, durante la reunión de Silveira con el vicepresidente de BYD en América Latina, Oscar Su, el ministro alineó dos frentes principales de cooperación con la empresa china.
El primero está relacionado con la expansión de la producción y venta de autos eléctricos en Brasil. El segundo, con la implementación de soluciones de almacenamiento de energía con baterías, con foco en la estabilización del Sistema Interconectado Nacional (SIN).

La VP Global de BYD, Stella Li, se reunió con Lula da Silva en Brasil.
La fluida relación entre BYD y el gobierno de Brasil se incrementó en el último año.
A tal punto que, hace algunas semanas, la compañía habría comenzado a negociar cambios al régimen arancelario actual para importar kits de piezas desde China con impuestos reducidos.
Si bien la empresa no confirmó oficialmente la información que trascendió, según el sitio AutoData, el gigante chino está trabajando para reducir el arancel del 20% actual al 10%, para traer kits de vehículos parcialmente desmontados del país asiático y completar el montaje en la fábrica de Camaçari (BA) a partir del segundo semestre.
Estas inversiones se producen en un contexto de crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China que afectan especialmente a la producción automotriz, fuertemente globalizada.
El gobierno estadounidense ha anunciado la imposición de aranceles del 125% a los vehículos eléctricos chinos, así como gravámenes adicionales a baterías y otros componentes, como parte de una estrategia para fortalecer la industria nacional.
En respuesta, China ha advertido que tomará represalias contra los países que cierren pactos comerciales con Estados Unidos que le perjudiquen, acusando a Washington de ejercer presión económica unilateral.