Medellín es una de las ciudades de Colombia que más pasos ha dado en materia de movilidad eléctrica. Esto se lo debe, principalmente, a un trabajo conjunto entre el gobierno municipal y EPM, quien ha estado abasteciendo a la ciudad con la energía e infraestructura necesaria, durante los últimos años.
De hecho, el 31 de diciembre del 2020, la empresa finalizó el último punto de carga que quedaba pendiente. Este trabajo se enmarca en la compra que realizó el municipio de la ciudad, el cual adquirió 64 buses que llegaron a mediados de 2019. En esta puesta a punto, EPM acompañó a la dirigencia en todas las cuestiones técnicas.
Pese a la experiencia en el campo, estas tecnologías aún son novedosas y eso conlleva algunas complicaciones en el accionar: “La principal dificultad que tenemos es la improvisación. Queremos buses eléctricos, pero no dimensionamos el espacio físico que ese propósito acarrea”, explica José Isaza Franco, Líder de Movilidad Eléctrica EPM.
Asimismo, asegura que, a niveles de normatividad, en la ciudad no es difícil trabajar porque está preparada para la instalación de cargadores en sitios públicos. De hecho, el empresario afirma que “desde la misma municipalidad se ha impulsado la movilidad eléctrica a través de diferentes políticas, más allá de seguir también los lineamientos nacionales”.
En esta misma línea, desde el Gobierno nacional también se trabaja para propiciar las energías sustentables en los vehículos. Sin ir más lejos, en los últimos días, las autoridades dialogaron con empresarios que conforman el ecosistema de la electromovilidad, para debatir sobre la estandarización de los cargadores de los vehículos.
“La nueva homologación es muy importante para los vehículos particulares que cargan en lugares públicos”, opina Isaza, y agrega: “Hay demasiados estándares, cuando solo tendrían que haber solo dos o tres. Con estas reuniones, la idea es llegar a un acuerdo que facilite las inversiones y el uso de los autos para sus propietarios”.
“Es necesario regular antes de que el parque automotor crezca”, señala Isaza, y cierra: “No necesitamos generar costos en inversiones más grandes porque, aunque puedan funcionar, habría casos en los que necesitaríamos modificar toda nuestra infraestructura eléctrica”.
Finalizada la instalación de cargadores para buses, este año, EPM planea continuar trabajando en el transporte público, pero acompañando diseños y evaluando puntos de conexión de aquellos privados que tienen iniciativas relacionadas a la movilidad eléctrica.