México apunta a relocalizar la industria de la electromovilidad en su territorio, incentivando a privados que componen el suministro a realizar inversiones. A ese objetivo, le siguen articulaciones internacionales con Alemania, Estados Unidos, Canadá, India, China, Corea del Sur y Japón.
En relación a Alemania, se relanzó la mesa de trabajo México-Alemania de energía y electromovilidad. El embajador de Alemania, Wolfgang Dold, recibió el compromiso de la Secretaría de Relaciones Internacionales (SRE) para avanzar en acciones que den “certidumbre” a la inversión.
En relación a Canadá, desde Sonora se han celebrado reuniones para alentar inversiones en materia de electromovilidad.
Cabe recordar que este Estado es sede de una de las cartas más importantes del Gobierno: el Plan Sonora.
Este contiene litio, energías renovables en base a paneles solares y el desarrollo de la industria de la electromovilidad.
En ese sentido, el gobernador Alfonso Durazo estuvo en Estados Unidos y Canadá en reuniones con funcionarios y empresarios, donde se incluían fabricantes de autos eléctricos.
Las mismas tuvieron como sede a Washington y a Toronto, donde se establecieron “compromisos” en materia de inversión para el Estado.
La electromovilidad estuvo presente en las mesas de diálogo junto con el Banco de Montreal y el ministro de economía de Canadá, Victor Fedeli.
En materia de articulación con Estados Unidos, se puede afirmar que es el vínculo más fuerte de México.
En primer lugar, proveer al gigante norteamericano de vehículos eléctricos es una posibilidad expectable para el país, teniendo en cuenta que Biden impulsó medidas pro-electromovilidad que alientan la adopción.
Por otro lado, los compromisos internacionales son ineludibles: el T-MEC otorga un marco al país, que se ubica entre los diez (y algunos dicen dentro de los cinco) países con mayor grado de producción de automóviles.
A su vez, México y Estados Unidos han celebrado la confección de una hoja de ruta común para la electrificación del transporte.
En esta estrategia se involucra la SRE, con responsabilidad específica en la Dirección General de Impulso Global, a cargo de Margarita Alcántara Alcala, y también a la Alianza Mx – Universidad de California, a cargo de Isabel Studer.
En la misma, se disponen distintos puntos a trabajar conjuntamente, como lo son la estandarización de cargadores y el fortalecimiento del capital humano.
En relación al último punto, para México se torna un activo decisivo para las negociaciones con privados, ya que el nivel formativo de la fuerza de trabajo mexicana presenta ventajas para la producción de coches cero emisiones.
Sin embargo, desde el sector privado advierten que es necesaria la transformación de las currículas y el incentivo a la formación técnica para afrontar la transformación de la industria.
Para abordar esos puntos, desde la Cancillería se convocará a una mesa de trabajo con actores involucrados para dar cuerpo a la ejecución de las recomendaciones.
Respecto de India, recientemente el canciller Marcelo Ebrard celebró reuniones en el país con mandatarios y empresas indias, donde la movilidad eléctrica fue un punto a tratar.
A su vez, mostró entusiasmo en redes con los Tuks Tuks eléctricos y el sistema de recambio de baterías en estaciones.
“Las gasolineras gradualmente se convierten en estaciones para baterías y súper cargadores. Pronto en México también”, indicó el funcionario.
En relación a China, el Estado Federal apunta a relocalizar las empresas orientales en su territorio. Recientemente se ha confirmado la instalación de plantas chinas para la producción de baterías.
Sin embargo, es una relación atravesada por un clima internacional que no está exento de tensiones.
En la disputa comercial entre China y Estados Unidos, el Estado mexicano apunta a atraer inversiones para la producción, mientras articula con su limítrofe del norte para comercializar.
Por otro lado, desde la SRE también se realizó un encuentro con la Cámara Japonesa de Comercio e Industria de México.
Se abordaron oportunidades y planes de negocios en materia de transición energética y electromovilidad, sector salud y turismo. Cabe destacar que en México hay 1.300 empresas japonesas.
Por último, Corea del Sur mira con estima un posible tratado de libre comercio. El país oriental apunta a “colaborar” en la producción de baterías, componentes electrónicos y también en otras áreas como las relacionadas con energías renovables