A la hora de avanzar en movilidad sostenible e impulsar el aumento de vehículos eléctricos, cada país de Latinoamérica enfrenta retos particulares para fortalecer su infraestructura de carga.
En este análisis de Mobility Portal Latinoamérica, se ponen sobre la mesa los casos de Ecuador, Colombia y Perú, con las perspectivas de actores del sector que trazan un panorama de los puntos de carga.
Perú, un ratio competitivo de puntos, pero una distribución limitada
En Perú, la infraestructura presenta una paradoja: aunque el ratio de 15 vehículos eléctricos por cargador público es competitivo según estándares internacionales, la falta de planificación limita el crecimiento y la accesibilidad.
Adolfo Rojas, presidente de AEDIVE Perú, destaca que el país cuenta con 64 puntos públicos de carga.
Están distribuidos en 13 estaciones de corriente continua (DC) y 51 de corriente alterna (AC).
Sin embargo, el 95% de los vehículos eléctricos están concentrados en Lima, lo que reduce el alcance a regiones más alejadas.
Rojas advierte que el principal desafío no radica en la cantidad de puntos, sino en su distribución.
“Es crítico que los viajes interprovinciales y las rutas fuera de Lima cuentan con cargadores rápidos», señala.
Además, menciona que la llegada de vehículos eléctricos más accesibles, especialmente de origen chino, podría democratizar la electromovilidad y estimular la demanda de infraestructura en provincias.
Colombia, saturación en las ciudades y falta de carga doméstica
En Colombia, el panorama refleja avances, pero también saturación en las principales ciudades como Bogotá.
Oscar Martínez, CEO de Colombia EV, indica que aunque el país progresó gracias a la Ley de Electromovilidad, la oferta de puntos públicos sigue siendo limitada. “En Bogotá ya vemos colas de espera de hasta cinco o seis horas”, alerta.
Uno de los problemas más relevantes, según Martínez, es la baja adopción de cargadores domésticos.
Si bien enchufar en casa es una solución ideal, los usuarios enfrentan barreras económicas y administrativas en conjuntos residenciales.
“Los administradores de edificios a menudo están desinformados, lo que dificulta las aprobaciones para instalar cargadores”, comenta.
Por su parte, Nelson Padilla, CEO de Mubon, resalta que la normativa colombiana benefecia a los privados para ofrecer servicios de carga.
No obstante, menciona la necesidad de incluir puntos de carga obligatorios en edificios sostenibles y nuevas construcciones para aliviar la presión en las estaciones públicas.
Ecuador, baja demanda y un mercado por explorar en vehículos eléctricos
En Ecuador, el principal desafío no es tanto la saturación como la falta de cultura sobre los vehículos eléctricos.
Según Bernardo Espinel, CEO de Rayo Carga, gran parte de la población todavía prefiere los vehículos de combustión interna, especialmente entre los mayores de 60 años.
Sin embargo, los jóvenes con mayor conciencia ambiental y poder adquisitivo están impulsando lentamente el mercado.
La infraestructura es pública es limitada, ya que que la mayoría de los usuarios opta por cargar en casa.
Esto satisface la demanda urbana, ya que con una autonomía de 400 kilómetros, los desplazamientos diarios suelen estar cubiertos.