En el complejo tablero de la industria automotriz brasileña, de un lado está BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos de China, que avanza con fuerza en el mercado local y del otro ANFAVEA, la asociación que representa a los fabricantes instalados en Brasil.

Mientras el gigante asiático pide al gobierno brasileño una rebaja de impuestos, en medio de las consecuencias que los aranceles de Estados Unidos y Europa acarrean globalmente para el sector, la Asociación local reclama protecciones para evitar una desindustrialización.

El conflicto revela las tensiones entre apertura comercial, innovación tecnológica y protección productiva nacional que también afectan al sector automotriz.

En este análisis de Mobility Portal Latinoamérica, se exponen los puntos más relevantes de la disputa y el escenario actual en que todos deberán tomar decisiones.

El avance de BYD en el mercado brasileño

Con una estrategia agresiva de expansión, BYD ha logrado posicionarse como uno de los principales actores del sector eléctrico en Brasil.

En 2024, su modelo Dolphin fue el más vendido del país entre los autos de energía limpia, con 15.202 unidades según cifras recopiladas por la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos (ABVE).

A este éxito se suman el Song Pro y el Song Plus, consolidando su presencia en los rankings.

La nueva planta de BYD, en Bahía, comenzará a trabajar en junio.

En paralelo, BYD avanza con la construcción de un complejo industrial en Camaçari (Bahía), sobre los terrenos que antes ocupaba una planta de Ford.

Con una inversión de US$ 1.000 millones, la marca planea producir 150.000 vehículos al año, con miras a duplicar esa capacidad para 2028.

En ese sentido, acaba de anunciar que comenzará la producción local (inicialmente, ensamblando kits importados) del popular Dolphin en junio próximo.

Cabe recordar que, tras el anuncio del vicepresidente y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, Geraldo Alckmin, sobre la posible anticipación del aumento del impuesto de importación (IPI) a los vehículos eléctricos -si se aprueba, a partir de julio de 2025, la tasa actual pasará al 25%– BYD se anticipó y envió más de 7.000 autos al país.

Aunque ha confirmado su apuesta por la producción nacional, BYD presentó en abril de 2025 tres pedidos ante la Cámara de Comercio Exterior (Camex):

• Reducción del arancel para kits de ensamblaje CKD y SKD.
• Incentivos fiscales para el ensamblaje local de eléctricos.
• Facilidades para importar componentes estratégicos como baterías.

Estos pedidos buscan garantizar competitividad a corto plazo mientras la marca finaliza la instalación de su planta.

La reacción de ANFAVEA: un llamado a cerrar filas

Igor Calvet, Presidente de ANFAVEA, manifestó su preocupación. (Foto: Metrópoles)

La respuesta no tardó en llegar. Igor Calvet, nuevo presidente de ANFAVEA y exfuncionario del Ministerio de Desarrollo, calificó el pedido de BYD como “una afrenta al Estado brasileño y a los trabajadores”.

En una entrevista reciente con el medio Estadão, advirtió que “importar coches casi listos, solo para apretar tornillos, no genera empleo”.

ANFAVEA reclama, principalmente:

• Restituir cuanto antes el arancel pleno de 35% a eléctricos importados (hoy en 18%).
• Evitar excepciones que beneficien a fabricantes con operaciones aún no iniciadas.
• Avanzar con una acción antidumping contra la sobreoferta de vehículos chinos.

Según Calvet, solo en el primer trimestre de 2025 se importaron 112.000 autos, 22.000 más que el año anterior. La proyección de la asociación es que Brasil cierre el año con más de 200.000 unidades importadas, buena parte de ellas de origen chino.

El mercado brasileño crece, pero el escenario global influye

La disputa ocurre en un momento en que el mercado brasileño crece, aunque con señales de desaceleración. Según Fenabrave, las ventas de abril sumaron 208.700 unidades, un 5,5% menos que en abril de 2024, aunque el acumulado anual mantiene un alza de 3,4%.

Brasil aplica un arancel que podría alcanzar un máximo del 35% para vehículos eléctricos el año próximo. Comparativamente, EE.UU. aplica entre 135% y 150%, Canadá 106%, India 75% y la Unión Europea hasta 48% para los autos chinos.

La preocupación de ANFAVEA es que, con un arancel bajo, Brasil se convierta en destino de desvíos comerciales desde México o China. La posibilidad de un “dumping comercial” ya motivó la contratación de un estudio jurídico para avanzar con una acción formal.

El gobierno se encuentra en una encrucijada. Por un lado, quiere atraer inversiones como la de BYD, que promete empleo e innovación. Por otro, debe responder a las presiones de una industria instalada que teme perder competitividad.