Mientras que las ventas totales del mercado automotriz disminuyeron un 18,2% respecto a 2023, este 2024 los vehículos electrificados lograron mantener su protagonismo, aunque con resultados dispares.
Por un lado, los vehículos híbridos crecieron un 21,8%, alcanzando 12.726 unidades vendidas, mientras que los eléctricos puros sufrieron un retroceso del 2,5%, con 1.778 unidades comercializadas.
En este contexto, el mercado ecuatoriano se encuentra en un punto de inflexión: el crecimiento de los híbridos refleja un avance en la transición energética, pero el estancamiento de los eléctricos plantea interrogantes sobre el futuro de la electromovilidad en el país.
¿Será 2025 el año en que los eléctricos finalmente tomen el protagonismo?
Los SUV y los automóviles híbridos lideraron las ventas en 2024.
Según los datos presentados por la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), los híbridos tipo SUV experimentaron un crecimiento del 81,6% en comparación con 2023, consolidándose como el segmento favorito del consumidor ecuatoriano.
En total, marcas como Suzuki vendieron 3.146 unidades híbridas, seguidas de cerca por Chery con 1.899 vehículos.
Vale destacar que, en la actualidad, los microhíbridos, que representan el 80% de las ventas de vehículos híbridos, gozan de incentivos arancelarios similares a los híbridos completos, a pesar de que su tecnología solo permite el funcionamiento con combustibles fósiles.
En ese escenario, la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae) solicitó al Gobierno y la Asamblea Nacional que aprueben una reclasificación arancelaria para los vehículos microhíbridos.
Esta medida busca que sean considerados como vehículos de combustión interna en términos impositivos, lo que podría transformar la estructura de incentivos para tecnologías más avanzadas.
La iniciativa podría tener un impacto en la industria automotriz, la electromovilidad y la percepción del consumidor.
El estancamiento de los eléctricos, ¿qué falta?
Las ventas de vehículos eléctricos se contrajeron un 2,5% en 2024, marcando un total de 1.778 unidades.
Entre las principales barreras, destaca la infraestructura de carga insuficiente. El ritmo de instalación es lento.
Según un análisis de Mobility Portal Latinoamérica, la falta de incentivos para acelerar la construcción de una red robusta y la ausencia de políticas regulatorias claras frenan la expansión de los vehículos eléctricos.
Además, el país enfrenta dificultades para estandarizar su red de infraestructura.
Eléctricos con dominio asiático
El mercado de vehículos eléctricos alcanzó un total de 1.600 unidades vendidas en los primeros once meses del año, con más del 57% del mercado dominado por automotrices chinas.
De acuerdo con las cifras registradas, BYD y Nissan se posicionaron como los principales protagonistas.
Le sigue Kia como la tercera automotriz más elegida y otras marcas como Leapmotor, Dongfeng, Neta, Audi, Mercedes Benz y BMW.
A pesar de las cifras, Ecuador se posiciona como líder emergente de vehículos eléctricos e híbridos
Ecuador se posiciona como un líder emergente en el mercado de vehículos electrificados en Latinoamérica, superando incluso a economías más grandes en términos de participación de mercado.
¿De qué se trata? Según datos relevados por la Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias (CADAM), en los primeros siete meses de 2024, Ecuador registró un 12.8% de participación en el mercado de vehículos electrificados.
Con 14.504 unidades vendidas de automóviles eléctricos e híbridos, supera a Argentina y Perú y logra un avance en participación superior al de gigantes como México y Brasil.
Los mercados brasileños y mexicanos presentan más ventas, ya que son líderes automotrices, pero su crecimiento y dinamismo es mucho más moderado que el de Ecuador.
Incluso, un dato no menor, es que la AEADE reveló que, entre enero y septiembre, los vehículos eléctricos crecieron un 14,7% pese a bajas históricas del mercado automotriz en el país.
Desde finales de 2023, Daniel Noboa asumió el mandato de Ecuador hasta 2025 y, desde entonces, implementó reformas tributarias que impactan directamente en el sector de la electromovilidad.
A pesar de que su campaña no tuvo un enfoque principal en la electromovilidad, se comprometió públicamente a asumir responsabilidades ambientales, destacando la importancia de la electrificación y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles, en línea con la Agenda 2030.
Podría decirse que, a grandes rasgos, se contabilizan cambios en la definición de vehículos eléctricos y sus respectivos beneficios arancelarios, ampliación del plazo de electrificación del transporte comercial y un plan de chatarrización.
Ante la crisis energética, entra en juego la modificación a la Ley Orgánica de Competitividad Energética.
En vigencia desde enero pasado, busca optimizar la gestión de recursos públicos relacionados con el sector eléctrico, tanto en el ámbito público como privado, en el marco de las dificultades energéticas que está atravesando el país.
Una de las medidas que introdujo fue extender el plazo a 10 años para que el transporte comercial (transporte turístico, escolar e institucional, taxis, carga pesada) sustituya sus vehículos a combustión por eléctricos.
De esa manera, la meta estipulada para 2025, ahora será para 2034.
Otra de las grandes novedades de estas medidas es el cambio en la definición de vehículos eléctricos.
A partir de estas reformas tributarias se entiende como vehículos eléctricos a los propulsados únicamente por fuentes de energía eléctrica, cuya carga de batería emplee exclusivamente este tipo de energía.
Como consecuencia, los vehículos eléctricos de rango extendido ya no son considerados dentro de la categoría “vehículos eléctricos”, quedando exentos de los beneficios fiscales y tributarios.
Esta decisión busca concentrar los recursos en vehículos propulsados exclusivamente por energía eléctrica.