En noviembre de 2024, TuBus, operador de buses en el sistema de transporte público de la ciudad de Guatemala, dará un paso trascendental hacia la sostenibilidad con la incorporación de 24 autobuses eléctricos de marca Foton, lo que representará la electrificación del 34% de su flota municipal de transporte público.
Este avance, liderado por la Empresa Municipal de Transporte (EMT) y la Municipalidad de Guatemala, se ha logrado sin apoyo financiero directo del gobierno nacional, destacando el esfuerzo y compromiso local en la implementación de soluciones de movilidad eléctrica.
“Estamos bastante emocionados con este primer paso que hemos dado. Seguimos aprendiendo, y cada vez nos convence más la electromovilidad”, comenta Eddy Morataya, gerente general de la Empresa Municipal de Transporte de Guatemala, a Mobility Portal Latinoamérica en referencia al proyecto que marca un hito en la historia del transporte público de la capital guatemalteca.
La iniciativa se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire en la ciudad, apostando por la electrificación del transporte como una de las estrategias clave para combatir la contaminación.
Un modelo de financiación innovador
A pesar de no contar con el respaldo financiero del gobierno central, la Municipalidad de Guatemala ha conseguido avanzar gracias a un sistema de arrendamiento.
Los 24 autobuses eléctricos que formarán parte de esta primera fase de electrificación se han adquirido bajo un esquema de arrendamiento a largo plazo, distribuido en 96 meses.

Eddy Morataya , Gerente General de la Empresa Municipal de Transporte de Guatemala
Esto ha permitido que la ciudad avance sin necesidad de un gran diseño inicial, una estrategia que Morataya califica como “esencial para hacer frente a la falta de apoyo estatal”.
«En administraciones anteriores no hemos tenido el apoyo, incluso hemos ido a solicitar al Congreso de la República una asignación mayor de presupuesto para mejorar las tecnologías, pero no la hemos recibido», subraya Morataya.
A pesar de estas limitaciones, la ciudad ha demostrado que es posible avanzar.
El costo total de la inversión asciende a 99 millones de quetzales (aproximadamente 12,6 millones de dólares), cubriendo tanto la adquisición de los autobuses como la instalación de la infraestructura necesaria para su operación.
Infraestructura de carga: un desafío superado
Uno de los retos principales en la implementación de la flota eléctrica ha sido la instalación de la infraestructura de carga necesaria para garantizar la operación continua de los autobuses. Para noviembre, la ciudad contará con 12 cargadores dobles estratégicamente distribuidos, permitiendo una operación eficiente y sin interrupciones.
Morataya explica que los autobuses no necesitarán ser cargados diariamente, gracias a la autonomía de los vehículos y a un esquema de operación que optimiza el uso de los cargadores.
Vale mencionar que la planificación a largo plazo ha sido fundamental para anticipar las futuras necesidades de expansión, tanto en términos de autobuses como de infraestructura de carga. Este enfoque ha permitido a la EMT evitar un cuello de botella en la infraestructura, garantizando que la operación de los autobuses eléctricos no depende de un número limitado de estaciones de carga.
Guatemala, ejemplo para la región
El avance de Guatemala en materia de movilidad eléctrica ha generado interés a nivel internacional.
Según Morataya, autoridades de países como Honduras y Costa Rica han contactado a la EMT para aprender del modelo implementado en la capital guatemalteca.
“Nos han llamado de Honduras y de Costa Rica, interesados en cómo una municipalidad como la de Guatemala, con recursos limitados pudo electrificar el transporte público”, comenta con orgullo, destacando cómo el modelo de financiación y la capacidad de ejecución del proyecto están siendo observados como un caso de éxito en la región.
Esta intención demuestra la relevancia del proyecto, no solo a nivel local, sino como un posible referente para otras ciudades centroamericanas que enfrentan desafíos similares en la adopción de tecnologías limpias en el transporte público.
Capacitación y desafíos sociales de los buses eléctricos
La introducción de los autobuses eléctricos no ha estado exenta de desafíos sociales y técnicos.
Uno de los principales retos ha sido la capacitación de los conductores que operarán los nuevos vehículos eléctricos.
Morataya explica que muchos de los pilotos guatemaltecos han emigrado a países como Estados Unidos y México, donde las condiciones laborales son más atractivas, lo que ha generado una escasez de conductores capacitados para manejar los nuevos autobuses.
«Ya hemos hecho los cambios necesarios para ofrecer mejores condiciones y con esto, pues, conseguir a los pilotos», señala Morataya, detallando los esfuerzos de la EMT para atraer a conductores y garantizar que estén preparados para operar la nueva flota de vehículos eléctricos.
Perspectivas futuras para la movilidad eléctrica en Guatemala
Con la puesta en operación de estos 24 autobuses eléctricos, la Ciudad de Guatemala está dando un paso firme hacia un sistema de transporte más eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
«Las siguientes flotas van a ser mucho más fáciles de implementar», afirma Morataya, señalando que la experiencia adquirida en este primer proyecto facilitará la expansión futura de la flota eléctrica.
A largo plazo, la EMT tiene la visión de continuar electrificando el transporte público en la ciudad, con miras a convertirlo en un modelo de referencia para otras urbes de la región.
Aunque la falta de apoyo del gobierno nacional ha sido un obstáculo, la municipalidad ha demostrado que, con determinación y un enfoque innovador, es posible avanzar hacia un futuro más sostenible.
Este primer grupo de 24 autobuses eléctricos representa no sólo un alivio para el medio ambiente, sino también una apuesta por la modernización del transporte público en la capital guatemalteca, con beneficios directos para los usuarios y la calidad de vida en la ciudad.
Si bien el camino hacia la electrificación completa de la flota aún es largo, los avances logrados hasta ahora ofrecen una señal clara de que Guatemala está en la senda correcta.