La reciente aprobación del Plan Regulador de Rutas (PRR) por parte del consejo directivo de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) ha marcado un hito en la modernización del transporte público de la capital peruana que busca consolidar la presencia de buses eléctricos y otros de tecnologías más amigables con el medio ambiente.
Gracias a este plan, las empresas de transporte urbano podrán acceder a buses con tecnologías limpias, como GNV (Gas Natural Vehicular) o eléctricos, sin necesidad de un desembolso directo de dinero. En lugar de pagar por los vehículos, los transportistas podrán financiar la adquisición de estos nuevos buses con la garantía de tener rutas concesionadas por un período de tiempo más largo.
El presidente de la ATU, David Hernández, destacó que el sistema anterior de autorización de rutas tenía una vigencia de solo 6 meses a 1 año, lo que generaba incertidumbre en los transportistas y les impedía realizar inversiones a largo plazo.
Con la implementación del PRR, la duración de las autorizaciones de ruta se ampliará a 5 años, lo que les dará a los operadores mayor estabilidad jurídica y les permitirá planificar inversiones de manera más efectiva. Además, si los transportistas incorporan buses con tecnologías limpias, la autorización para operar en una ruta puede extenderse hasta 14 años, indicó el portal Andina.
Incentivos para la modernización de flotas de buses eléctricos
Este cambio tiene un doble impacto positivo. Primero, brinda a los transportistas la oportunidad de actualizar su flota sin tener que recurrir a préstamos o vender propiedades, y segundo, les ofrece incentivos para adoptar tecnologías más limpias, como los buses eléctricos o de GNV, que son más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Los operadores también tendrán acceso a incentivos para mejorar la formalidad y competitividad de sus servicios, lo que incluye la implementación de un mejor sistema de recaudo integrado, que facilitará un control de ingresos más efectivo
El PRR también busca abordar los problemas de congestión, inseguridad y competencia desleal que prevalecen en las calles de Lima debido a la presencia de vehículos informales.
Según datos del Plan de Movilidad Urbana (PMU), al día se realizan 108,802 viajes en hora punta en vehículos de transporte público que operan de manera informal, lo que contribuye a la congestión y reduce la eficiencia del sistema. En horas punta, los vehículos llegan a circular a una velocidad de 12 km/h, y en los peores casos, a 7 km/h.
Con el Plan Regulador de Rutas, la meta es reducir el número de vehículos en circulación de 22,000 a 17,000, optimizando las rutas y mejorando la eficiencia del transporte público
Por qué habrá una mejora concreta del servicio del transporte público
Uno de los objetivos clave del PRR es mejorar la calidad del servicio, ofreciendo a los usuarios viajes más rápidos y directos. Esto se logrará mediante la reorganización de las rutas de transporte, eliminando las superposiciones y optimizando los trayectos.
Además, el plan propone la creación de «centralidades», zonas estratégicas de la ciudad con alta demanda de transporte, que estarán conectadas eficientemente a través de rutas troncales y buses de mayor capacidad, según detalla El Gas Noticias.
En el proceso de modernización, Lima reducirá el número de rutas de transporte público de 396 a 360 en los próximos meses. Muchas de las rutas actuales se superponen, lo que genera competencia innecesaria entre los operadores y, en algunos casos, accidentes de tránsito.
Al fusionar rutas similares, como ocurre en la Av. Canadá, se busca una mayor eficiencia y seguridad en el servicio. Además, se espera que, en zonas clave como la Panamericana Norte y San Juan de Lurigancho, las empresas más grandes puedan operar con flotas más modernas y vehículos de mayor capacidad.
El PRR establece un plazo de adecuación hasta febrero de 2025 para que las empresas de transporte puedan solicitar sus autorizaciones de ruta bajo el régimen excepcional. Para cumplir con los requisitos, los operadores deberán contar con buses equipados con GPS, sistemas de pago sin contacto y conductores registrados en planilla, entre otros requisitos.