El transporte público eléctrico en Costa Rica recibirá un impulso concreto a partir del fondo pionero de inversión en electromovilidad que acaba de lanza el Banco Nacional (BN), a través de BN Fondos, en colaboración con el Grupo Financiero Bolsa Nacional de Valores.
Se trata de una iniciativa pionera en el mercado financiero costarricense que busca facilitar la transición hacia un sistema de transporte público más limpio y eficiente, impulsando la sustitución de autobuses diésel por unidades eléctricas.
Este esfuerzo forma parte del Plan Nacional de Descarbonización 2050, que establece que, para 2035, al menos el 30% de la flota de transporte público debe operar con tecnologías de cero emisiones, una meta que se elevará al 85% en 2050.
Con el nuevo fondo, los concesionarios del transporte público tendrán acceso a una alternativa de financiamiento que les permitirá renovar sus flotas con autobuses eléctricos, sin depender únicamente de inversión gubernamental o de fondos propios.
Las metas del nuevo Fondo de Electromovilidad
Según estimaciones de BN Fondos, la puesta en marcha de este proyecto podría evitar la emisión de aproximadamente 7,4 millones de toneladas de CO₂ equivalente, lo que representará un impacto directo en la reducción de la contaminación en las principales ciudades del país.
Esta cifra resalta la importancia de avanzar en la transición energética del sector transporte, un área que genera cerca del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Costa Rica.
El Gerente General de BN Fondos, Pablo Montes de Oca, destacó que la electromovilidad no solo representa una oportunidad de inversión atractiva, sino también un avance crucial hacia la sostenibilidad.
«El creciente interés global por soluciones de transporte sostenibles nos permite capitalizar la industria de vehículos eléctricos y acelerar el cambio en el transporte público costarricense. Queremos que esta transformación sea accesible y sostenible a largo plazo», explicó Montes de Oca.
El financiamiento brindado a través del fondo priorizará la sustitución de autobuses diésel que hayan cumplido su vida útil, siguiendo las normativas de modernización establecidas por el gobierno. No obstante, este esfuerzo no será suficiente para cubrir la totalidad del cambio en la flota nacional, lo que subraya la necesidad de sumar otros mecanismos de financiamiento y colaboración con organismos multilaterales e inversionistas privados.
Beneficios ambientales y económicos de un transporte público eléctrico
Más allá del impacto ambiental, la adopción de buses eléctricos en Costa Rica también supondrá ventajas económicas para los operadores y concesionarios. Los vehículos eléctricos tienen menores costos de operación y mantenimiento, ya que requieren menos intervenciones mecánicas y no dependen de combustibles fósiles, cuyo precio tiende a la volatilidad en el mercado internacional.
Además, su implementación reducirá la contaminación acústica en las ciudades y mejorará la experiencia de los usuarios, al ofrecer un servicio más moderno y eficiente. Estos factores contribuirán a un modelo de transporte público más atractivo, alineado con los estándares internacionales de movilidad sostenible.

El transporte público costarricense introdujo buses eléctricos en 2021.
El Fondo de Inversión de Electromovilidad brindará financiamiento a los concesionarios a través de contratos de crédito directo, lo que facilitará la adquisición de nuevas unidades eléctricas sin que el operador tenga que asumir el costo total de la inversión de inmediato. Esta estructura permite que más empresas de transporte puedan sumarse a la transición, sin que los costos representen una barrera infranqueable.
El mercado de capitales costarricense, impulsado por el Grupo Financiero Bolsa Nacional de Valores, ha sido un aliado clave en el diseño de este fondo. César Restrepo, Director General Corporativo del Grupo, enfatizó la importancia de involucrar al sector financiero en la transformación del transporte.
«Como mercado, estamos interesados en ser un apoyo para el Gobierno de Costa Rica y otras instituciones que desarrollen proyectos que contribuyan al desarrollo sostenible del país. Sin duda, estamos avanzando en la dirección correcta, pero aún enfrentamos importantes desafíos que debemos resolver de forma conjunta», afirmó Restrepo según compila Crnews.
En 2021, Costa Rica dio sus primeros pasos con tres autobuses eléctricos operando en el Gran Área Metropolitana (GAM), una iniciativa impulsada con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Verde para el Clima. Desde entonces, la demanda de soluciones de movilidad eléctrica ha ido en aumento, impulsada por los compromisos ambientales del país y la búsqueda de un modelo de transporte más eficiente y menos contaminante.
Los esfuerzos recientes han sido acompañados por políticas públicas que incentivan la electrificación del transporte, como beneficios fiscales para la importación de vehículos eléctricos y la expansión de la infraestructura de carga. La incorporación de buses eléctricos a las rutas nacionales contribuirá a consolidar a Costa Rica como un modelo de movilidad sostenible en América Latina.