Desde la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) y la Asociación Nacional de de Almacenes Fiscalizados (ANFAC) han planteado hitos intermedios que sirven de referencia para el desarrollo de la infraestructura de carga en España.
Particularmente estos detallan que se deben alcanzar los 70.000 puntos de recarga de acceso público para 2023, 120.000 para 2025 y, finalmente 340.000 en 2030.
Reconociendo estos datos, Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, en diálogo con Portal Movilidad durante el ciclo de entrevistas «Personalidades», cuestionó la lentitud de los procesos administrativos en España y cómo esto afecta directamente en la expansión de la infraestructura de carga, y en concreto a la penetración de los coches eléctricos.
En este sentido, expresa: “En España hoy se tarda entre 18 y 36 meses en obtener una autorización administrativa para poder poner un cargador en vía pública, con lo cual es difícil pensar que podemos tener 340.000 cargadores que necesitamos tener para dentro de nueve años”.
De esta manera, buscan que desde las diferentes Administraciones entiendan el hecho de que si se va a continuar generando presión y emitiendo metas para obtener los niveles de descarbonización previstos deben mejorarse los métodos burocráticos.
Frente a la “infraestructura de recarga escasa” que se está viendo a nivel nacional, recomiendan empujar decididamente la palanca del vehículo eléctrico y poner mayor atención en estos procesos.
Desde Faconauto recomiendan se establezca una hoja de ruta, con objetivos vinculantes, para hacer frente a todo este proceso.
Además, creen que es imprescindible la creación de un órgano de gobernanza único para coordinar este despliegue y que trabaje en medidas urgentes para hacer frente a las trabas administrativas y regulatorias que dificultan la puesta en marcha de un punto de recarga.
Por otra parte, compara como hoy en día en Holanda cada 100 kilómetros hay 16 puntos de recarga, mientras que en España hay uno por cada 100 kilómetros.
Según lo planteado, se ven dos velocidades de avance diferentes en Europa, por un lado en el norte donde se está generando un mayor avance, por otra parte más en el sur el ritmo es un poco más lento.
“Aquí el panorama se ve especialmente agravado, no tenemos una infraestructura de recarga fortalecida y tampoco contamos con la renta suficiente para que el vehículo eléctrico pueda ser una realidad”, concluye en este sentido.