Cañaveral y Cáceres son las dos minas halladas en Europa que poseen más litio en el continente. Pero ninguna de ellas está lista aún para ser habilitada para comenzar la extracción del mineral.

Actualmente, están en fase de tramitación de permisos. El de Cañaveral se trata de una zona menos poblada y sin competencias complejas en su suelo, mientras que la de Cáceres se trata de un lugar un tanto más controvertido donde debió revisarse su extracción. 

“El momento es complejo porque son elecciones municipales y autonómicas, puede ser controvertido y algunas agrupaciones políticas lo pueden tomar como bandera contra sus rivales políticos”, decreta César Luaces Frades, Director General de Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (PRIMIGEA).

César Luaces Frades, Director General PRIMIGEA.

Pero así mismo, Luaces cree que podría estar en un plazo de cuatro años para la extracción del litio. A pesar de parecer mucho tiempo, un proceso de autorización de una mina puede tardar hasta diez años, más dos de construcción de las instalaciones.

Una normativa que ha ingresado, de parte de la Comisión Europea, al Parlamento Europeo el 16 de marzo de este año, recortaría ese proceso a entre 12 y 24 meses. De esta manera las minas llegarían a estar, si todo sale bien, para 2027.

“De momento siguen en tramitación y han estado en revisión. No tienen luz verde pero parece que alguna de ellas está próxima a tenerla”, comenta Luaces.

Proceso tradicional para habilitar una mina

Además del caso del litio, este procedimiento es aplicado a todos los minerales en suelo europeo.

Para abrir una mina los procesos “muy complejos”. En primer lugar, la empresa debe identificar si el mineral está donde está. 

Yacimineto europeos de litio.

Una vez que sucede esto, la empresa que ha descubierto el territorio debe evaluar la potencialidad del yacimiento y si tiene capacidad económica para solventarlo. Debe tener una ley mineral que sea rentable.

Luego, se debe presentar un proyecto de explotación donde se incluya una evaluación de impacto ambiental. Allí, intervienen todas las administraciones. 

“Tenemos casos en donde se han debido presentar hasta 100 permisos diferentes para abrir una mina”, comenta el Director General de PRIMIGEA. 

No solo eso, sino que se debe presentar, según la normativa europea, un plan de restauración ambiental. 

En ese proyecto debe establecerse que cuando la empresa agote el yacimiento se invertirán recursos en restaurar la naturaleza en donde está, que debe ser aprobado  por la Comunidad Autónoma. 

Otro punto a presentar es la garantía financiera del proyecto de restauración, por si  acaso la empresa quiebra en el futuro.

La política retrasa al litio

A pesar de las intenciones de la Comisión Europea para acotar los tiempos de 10 años a 24 meses, existen cuestiones políticas en las regiones extractivas de litio españolas que retrasan los planes.

“Nos encontramos, por un lado, con una presión tremenda de la CE para favorecer la extracción de este tipo de materias primas. Pro tenemos la paradoja de que el Gobierno de España quiere realizarlo pero su principal oposición ha sido el Gobierno local de Cáceres, que curiosamente es del mismo partido en el poder”, expresa Luaces. 

También surgieron protestas de ambientalistas.

Así también, la Comunidad de Extremadura pretende que si los recursos minerales están en su suelo, también se tramiten plantas de fabricación de baterías para coches eléctricos, que den valor añadido y que el litio se quede en España.

Posibilidades económicas que brinda el litio

Se desconocen en concreto los números que significan las minas de litio que están en Extremadura pero desde PRIMIGEA acercaron varios números significativos para España.

Se estima que solo en cañaveral podría producir 30.000 toneladas de sulfato de litio para producción de baterías de coches eléctricos y una extracción de 1,2 millones de toneladas de litio.

La extracción significa una inversión de 340 millones de euros y podría dar 430 empleos directos, más el de manera indirecto.

“En PRIMIGEA estimamos que el 15% del volumen del negocio es de la extracción y el restante de la cadena de valor, sin esa mina no hay cadena de valor y no se genera riqueza”, sentencia Luaces.