Los países de la Unión Europea muestran su preocupación y discuten medidas para que la política de incentivos económicos para el desarrollo de la industrias del vehículo eléctrico en Estados Unidos no golpeé a la industria automotriz europea.
Los Estados y el sector empresarial europeo acusan a Biden por desalentar la competitividad de mercado.
El Gobierno de Estado Unidos lleva adelante desde enero la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) que ofrece a quienes compren un vehículo eléctrico un crédito fiscal de hasta 7.500 dólares, únicamente si el coche es de producción nacional.
Olaf Scholz, el canciller de Alemania, felicita la iniciativa estadounidense pero advierte: “El proteccionismo dificulta la cooperación y es perjudicial para la mitigación del cambio climático”.
La política europea está discutiendo qué debe hacer el continente para no perder competitividad en la industria de la movilidad eléctrica.
Hace pocos días lanzaron el Plan Industrial Verde para asegurar el liderazgo de la Unión Europea en tecnologías limpias. Este implica la creación de un Fondo para la Soberanía Europea, en vez de esquemas de apoyo nacional fragmentados.
A finales del año pasado, cerraron el acuerdo para el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono, un impuesto a las importaciones intensivas en emisiones de países con reglas climáticas menos estrictas que alcanzaría a Estados Unidos.
La mayoría de los Estados europeos brindan apoyos para impulsar las ventas de vehículos eléctricos, que en algunos casos incluye bonificaciones de hasta 10.000 euros, y el Fondo de Recuperación de la Unión Europa destina más de 11.000 millones de euros a iniciativas de movilidad de bajas emisiones como los vehículos eléctricos.
Un poco de contexto
A mediados del 2022 el presidente Joe Biden anunció la implementación de IRA para combatir la inflación. La ley con una dotación inicial de 430.000 millones de dólares, incluía una lista de exenciones fiscales por la compra de coches eléctricos.
La controversia saltó cuando se dio a conocer que sólo los coches producidos en Estados Unidos podían acceder a esos beneficios fiscales. Países exportadores como Corea, Japón y toda Europa criticaron a la Casa Blanca por atentar contra el libre comercio internacional.
Con el IRA, la industria de los vehículos eléctricos europeos se verían perjudicados frente a los competidores locales. En la actualidad, los vehículos eléctricos representan alrededor del 5% de las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos.
El incentivo, además de tener de requisito la fabricación nacional, exige que al menos el 40% de los componentes de las baterías de los vehículos eléctricos provengan de Estados Unidos o de un país con un acuerdo de libre comercio con Washington.
Estos requerimientos dejan a Hyundai y Kia fuera de los créditos en el corto plazo, ya que las empresas tienen previsto construir fábricas de vehículos eléctricos y baterías en el estado de Georgia, pero no abrirán hasta 2025.
Según el Departamento de Energía de Estados Unidos, 29 modelos de coches eléctricos e híbridos fueron fabricados en el país en los años 2022 y 2023. Estos son Audi, BMW, Chevrolet, Chrysler, Ford, GMC, Jeep, Lincoln, Lucid, Nissan, Rivian, Tesla, Volvo, Cadillac, Mercedes y Volkswagen.