Desde el Proyecto MOVES, se compartió un análisis sobre las oportunidades, desafíos y el marco regulatorio necesario para la conversión de vehículos de combustión a eléctricos en Uruguay.
En el documento, se detalla cuál va a ser el grado de penetración del retrofit hacia el año 2050. Se estima que para dicho año, en el escenario más «desalentador», la cantidad de unidades convertidas acumulará un total de 96.041 vehículos.
Al respecto del cálculo del crecimiento, la publicación indica:
“El primer año se toma una penetración del 1,95% del total a convertir y, el año siguiente, esa tasa se incrementa en un 5% más. Al año siguiente se crecerá al 2,048% (1,95 x 1.05). El año siguiente se crecerá al 2,150% (2,048 x 1,05) y así sucesivamente hasta llegar al año 2049”.
Según el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), del total del parque vehícular en Uruguay (1.023.711 unidades), el 81% del total está integrado por autos (600.549 unidades), pick ups (167.191 unidades) y utilitarios (64.155).
Se espera que al año 2050, según el actual escenario tendencial, un 49,6% del parque automotor sean vehículos eléctricos.
El MOVÉS diagramó tres escenarios de penetración en torno al retrofit, en donde en el segmento autos, el de baja penetración supone un 10,6% de unidades convertidas, el de media penetración un 30,6% y el de alta penetración un 50,6%.
Con respecto a los utilitarios, el escenario de baja penetración supone un 8% del segmento, el medio un 18% y el alto un 28%.
Por último, las pick ups llegarían a un 19,1% de unidades con retrofit en un escenario de baja penetración, un 39,1% en un escenario de media y un 59,1% en alta penetración.
Según detalla el MOVES, este documento tiene como objetivo “generar conocimiento sobre los requisitos legales y técnicos de la conversión de vehículos de combustión a eléctricos para que la misma pueda ser realizada con un elevado estándar de calidad y seguridad”.
Asimismo, también se establecen los posibles beneficios económicos y ambientales. En ese sentido, se determina cuál será el impacto de la aplicación de este procedimiento.
Hoja de ruta
Finalmente, se esboza una hoja de ruta en donde se establecen objetivos con plazo de ejecución “inmediatos” y hacia el 2025.
Dentro de los primeros, se incluyen, por ejemplo, la determinación de un marco normativo específico para las conversiones, la definición de una política de fomento para la actividad y una carga impositiva exclusiva para el sector.
Hacia el 2025 se proyecta realizar un control efectivo sobre las unidades convertidas a través de ITV, verificar las capacidades técnicas a través de una matriculación, y monitoreo del volumen disponible de la mano de obra capacitada y verificar también las habilitaciones de talleres, entre otros puntos.
Otras experiencias en retrofit
En este trabajo se incorporó un análisis de la aplicación de la conversión vehicular en Chile, EEUU y Francia.
En ello, se destacan las facilidades que establece el Gobierno francés para llevar adelante la conversión. Entre ellas ventajas tributarias, normativas y bonificaciones para el acceso a las piezas.
Desde el MOVÉS también destacan la experiencia en Chile, donde si bien inicialmente estaba permitido, se dieron “malentendidos entre las empresas”, lo que implicó que se desautorizara la revisión vehicular a los vehículos convertidos.
También se llevaron adelante análisis de esquemas de prácticas en Australia, India, España, Italia, Japón y el esquema marco propuesto por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estableciendo una comparación entre ellas para identificar potencialidades y limitaciones.