Mundo | Vehículos Eléctricos
jueves 23 de diciembre de 2021
En estas fiestas regala un vehículo eléctrico como ya lo hacían en 1912
Los vehículos eléctricos ya habían tanteado la popularidad a comienzos de siglo XIX, cuando los medios de comunicación aconsejaban regalarlos en navidad.
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Ni el presente ni el futuro, un folleto publicitario que resuena hoy como un déjà vu deja en claro que los vehículos eléctricos son una cuestión del pasado y que sobrevivieron al paso de los años, un tanto carentes de popularidad, y evolucionaron hasta la actualidad.

Es que en plena época festiva, hace más de cien años atrás, la Asociación de Vehículos Eléctricos de América instaba en el Diario Americano de Cirugía a los maridos estadounidenses a regalarle un auto eléctrico a sus respectivas esposas en la navidad de 1912 con la idea de que “cualquiera puede conducirlo”. 

“Un eléctrico para ella: ¿qué sorpresa más agradable podría recibir su esposa la mañana de Navidad? Toda mujer anhela tener un eléctrico. Toda mujer conoce la comodidad, la conveniencia y el prestigio social que brinda. ¿Por qué no hacer de este año la navidad más feliz?”, inicia el texto. 

Luego, continúa: “A su esposa le encantaría conducir su propio eléctrico: silencioso, moderno, sencillo y seguro. Puede asistir a sus llamadas sociales, realizar sus compras, y atender al teatro y recepciones. Usted también disfrutará del lujo y la conveniencia de realizar sus visitas profesionales”.

Aunque esta última diferenciación, por fortuna, quedó vetusta y hoy está claro que el mundo de los automóviles no distingue entre géneros, sí a principios de siglo XIX esta tecnología era la favorita de las mujeres de clase alta por ser silenciosa y no requerir estar en contacto con sustancias como la gasolina. 

“La Navidad es la temporada de las estaciones para un eléctrico. Los vientos fríos y cortantes y las ráfagas de nieve te hacen sentir más cómodo dentro de un eléctrico. Es tan estimulante el placer de deslizarse silenciosamente por el boulevard, a través del parque, entrando y saliendo del tráfico congestionado, rápida, fácilmente, sin molestias ni esfuerzo”, añade.

Por esa época, los autos a gasolina también encontraba un crecimiento, pero la facilidad con la que se manejaban los eléctricos por la ciudad en tramos cortos, teniendo en cuenta que nadie se aventuraba en auto en las carreteras de las afueras de la ciudad por el mal estado, y el mayor acceso a la electricidad le permitió a estos vehículos establecerse con popularidad.

De hecho, cerca de un tercio de todos los coches en las carreteras eran eléctricos. Entonces los modelos de gasolina tomaron el control. En Estados Unidos se habían registrado 33.842 coches eléctricos, convirtiéndose en el país donde estas unidades habían ganado la mayoría de aceptación.

Finalmente, el aviso cierra: “Conducir un eléctrico es la simplicidad en sí misma, sin ningún problema.  Cualquier mujer, incluso una niña, puede operar un eléctrico de manera eficiente.  El primer costo de un eléctrico es decididamente moderado si se considera su servicio duradero y satisfactorio. Los gastos de mantenimiento y el costo de la energía son mucho más bajos que los de otros tipos de automóviles”. 

No obstante, la ampliación de las rutas en las periferias, el desarrollo de los autos a gasolina continuaron y el abaratamiento del petróleo. En consecuencia, modelos como el T, producido en serie por Henry Ford en 1908, que reducía costos y encontraba sus propias ventajas técnicas (por ejemplo, el motor de arranque eléctrico), comenzaron a desplazar al eléctrico de su auge. 

Sin embargo, la historia empieza a repetirse y como en el pie de la publicación muchos levantan la bandera de “antes de comprar cualquier auto, considera un eléctrico”, los mismos que este 25 de diciembre ansían un vehículo eléctrico bajo su garage navideño. 

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