Esta semana figuras clave del campo de la inteligencia artificial solicitaron que se suspenda el entrenamiento de poderosos sistemas en medio de temores de una amenaza para la humanidad.
Miles de investigadores acompañados por el CEO de Tesla, Elon Musk han firmado una carta abierta advirtiendo sobre los riesgos potenciales y pidiendo el cese de las actividades por al menos seis meses.
El cofundador de Apple, Steve Wozniak, y algunos investigadores de DeepMind también son parte del pedido, pero lo peculiar fueron las declaraciones de Musk en medio de toda esta situación.
Según han detallado medios internacionales, el empresario al ser consultado por un inversionista si incorporaría esas tecnologías en los coches eléctricos de Tesla aseguraba que no tenía ese plan, haciendo eco en los peligros de su aplicación.
Pero esto será solo por el largo plazo, ya que desde hace ya tiempo la empresa norteamericana lleva invertido millones de dólares en estas tecnologías que le ha generado a su CEO y equipo varios dolores de cabeza.
Actualmente, la empresa es líder mundial de los coches eléctricos y sin embargo, no se conforma con eso y también quiere ser la cabeza en otra de las principales guerras de la industria automovilística: los vehículos autónomos.
Esto lleva a que la empresa haya hecho una fuerte apuesta por el desarrollo de Dojo, su propia inteligencia artificial.
Se trata de un sistema diseñado para incluir en sus coches autónomos, con la que Elon Musk espera revolucionar la industria del transporte y ser el primero en ofrecer estos modelos de vehículos.
Dojo reúne cientos de sus chips D1 en enormes hexápodos, con los que analiza vídeos de la flota de Tesla que actualmente circula por las carreteras para saber cómo funciona la conducción en el mundo real.
Según detalla la compañía, esta inteligencia artificial es la base de un sistema Full Self Driving. Con él se espera los modelos puedan circular por sí solos en cruces de autopistas, aparcamientos y señales de tráfico.
Sin embargo, Tesla ha tenido problemas para ofrecer el FSD a sus clientes, muchos de los cuales pagaron hace años por él.
Este trabajo está llevando más tiempo del esperado, dado que la complejidad está caracterizando el proceso.
La enorme potencia de cálculo de Dojo está pensada para que los Tesla que se conduzcan solos, pero todo se encuentra en una etapa de pruebas beta limitadas y requiere una supervisión humana constante.
Hace un tiempo el propio CEO anunció que el precio de este servicio pasaba de 12.000 dólares a 15.000.
«La autoconducción generalizada es un problema difícil, ya que requiere resolver una gran parte de la IA del mundo real», tuiteó Musk en 2012.
El foco esta puesto en que Dojo pueda impactar en el futuro escenario tecnológico, especialmente dada la creciente demanda de velocidad y capacidad para el entrenamiento de redes neuronales.
Si todo sale según lo planeado, esta IA lograría el mejor rendimiento de entrenamiento del sistema, que permitiría acceder a complejas redes neuronales.
Pese a esto, el CEO planteaba: «No esperaba que fuera tan difícil, pero esto termina siendo evidente en retrospectiva».
Es así que por ahora, Musk realizará una pausa en sus desarrollos tras encontrarse con un combo mucho más grande del que podría manipular.
Todo esto se da en el marco del auge de OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT, quien ya está avanzando a pasos agigantados en este mundo.
Hace pocas semanas se lanzó GPT-4, una tecnología de punta que ha impresionado a los observadores con su capacidad para realizar tareas como responder preguntas sobre objetos en imágenes.
Para Elon Musk este tipo de innovaciones sin una regulación clara son «grandes riesgos para la humanidad».