¿La presidencia de Claudia Sheinbaum marcará una era eMobility en el país? Aún no se sabe, pero se espera que así sea.
Es que no solo es la sucesora de Andrés Manuel Lopez Obrador (AMLO), quien incluyó la descarbonización como eje de gestión, sino que la ganadora se destaca por su énfasis en la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
Desde su campaña, Sheinbaum dejó claro que la movilidad eléctrica sería una de las piedras angulares de su administración, comprometiéndose a reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire en las ciudades mexicanas.
Aquí, la elección de Alicia Bárcena como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cobra sentido: cuenta con un historial comprobado en la promoción de políticas que integran el desarrollo económico con la sostenibilidad ambiental.
“Mi traslado de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a la Semarnat, me es muy importante porque hoy los grandes desafíos globales están en torno al cambio climático, la biodiversidad, en el uso del agua”, aseguró la funcionaria que actualmente encabeza la SRE.
Un perfil de impacto eMobility
Nacida en 1952 y con una carrera que abarca desde la biología hasta la diplomacia, Bárcena ocupó cargos clave tanto en el país como en organismos internacionales.
Su paso por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la consolidó como una defensora de la integración regional y la sostenibilidad.
Durante su gestión, impulsó iniciativas que buscaban no solo el crecimiento económico, sino también la equidad y la protección del medio ambiente.
Por lo que el nombramiento de Bárcena al frente de la Semarnat no es una coincidencia, sino una decisión estratégica fundamentada en su relación con la electromovilidad.
Si bien en diversas ocasiones puso sobre la mesa la importancia de la transición hacia vehículos eléctricos como una medida vital para enfrentar la crisis climática, su compromiso es más profundo.
«La electromovilidad no solo es una opción viable para enfrentar la crisis climática, sino también una oportunidad para modernizar nuestra infraestructura y mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades», afirmó la política.
Durante su tiempo en la CEPAL, promovió políticas que apoyaban la adopción de tecnologías limpias, y su enfoque siempre fue el de integrar soluciones tecnológicas con beneficios sociales y económicos.
Además, cabe destacar que fue la primera subsecretaria de Ecología de México en 1982.
Estrategias y desafíos de la próxima gestión
Bajo el liderazgo de Bárcena, se espera que la Semarnat implemente políticas que incentiven la inversión en infraestructura de recarga para vehículos eléctricos y que faciliten la transición de la industria automotriz hacia la producción de estos vehículos.
La funcionaria hizo hincapié en un eje fundamental: la necesidad de incentivos fiscales y financieros para fomentar esta adopción.
A primera vista, se trata de una señal clara de Sheinbaum que podría tener como objetivo posicionar al país como líder en la transición hacia la electromovilidad en América Latina.
Sin embargo, su capacidad articuladora entre los diferentes sectores del gobierno y la industria será crucial para superar los desafíos actuales y crear un panorama favorable para la electromovilidad.
Las deudas pendientes en electromovilidad
El sector privado, un actor clave en este escenario, aguarda con expectativas las políticas que emprenderá la nueva gestión.
En este contexto, empresas y figuras como José C. Azcárate Beltrán, Roberto Díaz de León, Israel Hurtado, Alejandro Osorio, Nicolás Rosales y Mark Sánchez esperan con buenos ojos ver cómo se materializarán las necesidades del sector en medidas concretas que impulsen la adopción masiva de vehículos eléctricos y la infraestructura necesaria para su carga y mantenimiento.
Aunque eso no es todo. Los distintos actores eMobility son claros, y repasan las claves para que México avance en la transición.
Mobility Portal Latinoamérica tomó nota y relevó los puntos principales, que van desde la implementación de marcos normativos específicos hasta el trabajo articulado entre empresas y Estado.
Para el ámbito privado, encarnado en estas voces destacadas, la prioridad llega a ser contundente: integrar la electromovilidad como parte central del desarrollo infraestructural y económico del país.
José C. Azcárate Beltrán, presidente de la Sociedad de Sistemas Inteligentes de Transporte, hace hincapié en la importancia de incorporar proyectos vinculados a la movilidad sostenible en el Plan Nacional de Desarrollo y el Plan Nacional de Infraestructura.
Pero, ¿de qué manera hacerlo? Estableciendo metas concretas y asignaciones presupuestarias específicas.
A su vez, Roberto Díaz de León, líder de Onexpo Nacional, aboga por la creación de una red nacional de puntos de recarga eléctrica, subrayando la necesidad de normativas claras y facilitadoras que impulsen la adopción masiva de vehículos eléctricos en el país.
Este enfoque se complementa con la propuesta de Israel Hurtado, quien encabeza la Asociación de Hidrógeno y Movilidad Sostenible (AMH2).
«Falta enfocarse en algunos documentos oficiales como la estrategia nacional de hidrógeno y la estrategia nacional de movilidad eléctrica«, menciona el ejecutivo.
¿Por qué? Según Hurtado, es fundamental que el gobierno actúe en estas dos materias para avanzar en la transición.
Al respecto, deja entrever que si no hay estrategias que articulen todos los esfuerzos de las acciones, “pues México seguirá un poco atrasado”.
Aquí también vale mencionar el punto de vista de Alejandro Osorio, representante de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).
Es decir, una transición ordenada para la “coexistencia de tecnologías diversas, incluyendo la electromovilidad y el gas natural vehicular”, asegurando así una migración gradual y eficiente hacia un parque vehicular más limpio y moderno.
Por su parte, Nicolás Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), destaca la importancia de una colaboración estrecha entre el gobierno y el sector privado para garantizar políticas públicas que sean tanto viables como sostenibles en el largo plazo.
Lo cierto es que en el epicentro está Claudia Sheinbaum, cuya visión de soberanía energética y desarrollo sostenible promete no solo revitalizar la economía nacional, sino también posicionar a México en materia cero emisiones.
Su compromiso histórico con políticas ambientalmente responsables, demostrado durante su gestión en la Ciudad de México (CDMX), ahora se proyecta a nivel nacional con el objetivo de un cambio que potenciará la gestión de AMLO.
En este marco, Mark Sánchez, presidente de la Asociación Nacional de Vehículos Eléctricos y Sustentables (ANVES), hace referencia a que la administración actual “preparó las bases de la transición energética que el nuevo gobierno dará continuidad”.