En el contexto actual de la movilidad eléctrica en República Dominicana, las empresas privadas están demandando medidas concretas para acelerar la electrificación de sus flotas.
Según Carlos Lantigua, After Sales Manager de Giga Auto, el incentivo fiscal es el factor clave que podría impulsar la adopción masiva de vehículos eléctricos (VE) en el sector empresarial del país.
«La transición a vehículos eléctricos representa una inversión significativa para las empresas, y sin deducciones fiscales atractivas, es difícil justificar el cambio», afirma Lantigua, en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica, subrayando la importancia de un marco normativo más favorable.
Actualmente, los costos iniciales para electrificar una flota siguen siendo una barrera importante, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas.
A pesar de que el precio de los vehículos eléctricos ha disminuido en los últimos años, la falta de exenciones impositivas en República Dominicana sigue limitando su adopción.
Lantigua explica: «Las empresas están dispuestas a electrificar sus flotas, pero necesitan un incentivo real que les permita recuperar la inversión a corto plazo».
Esto podría lograrse mediante la aplicación de deducciones fiscales más agresivas para la compra de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructura de carga.
En consecuencia, algunas propuestas que podrían impulsar la electrificación de flotas en el país, como la eliminación del impuesto a la importación de cargadores, deducciones fiscales adicionales para las empresas que electrifiquen más del 50% de su flota , y la creación de zonas libres de emisiones en áreas urbanas.
“Son medidas que ya han sido exitosas en otros países de la región, y no veo por qué no podrían implementarse aquí”, afirma Lantigua.
El papel de la infraestructura de carga para la electrifiación de flotas
Un aspecto crucial es la necesidad de mejorar la infraestructura de carga en el país para apoyar la electrificación de flotas.
“No es solo cuestión de comprar vehículos eléctricos, sino de tener una red de carga que permita a las empresas operar sin preocupaciones”, señala.
La falta de estaciones de carga públicas en lugares estratégicos y la necesidad de que las empresas instalen sus propias soluciones de carga, con una gestión de demanda adecuada, incrementan los costos y la complejidad del proceso.
“Si las empresas no ven que hay facilidades para la carga, la adopción de los vehículos eléctricos será mucho más lenta”, agrega.
La ventaja de flotas eléctricas es el mantenimiento
Los vehículos eléctricos tienen una clara ventaja en cuanto a costos operativos , ya que requieren menos mantenimiento que los vehículos de combustión interna.
«Los vehículos eléctricos de Giga Auto , por ejemplo, tienen visita programada a servicio cada 1.5 años, y es básicamente para inspeccionar los sistemas del vehículo, lo que representa un ahorro en tiempo y dinero significativo , como un costo de mantenimiento hasta un 30% menor en comparación con los vehículos tradicionales», explica.
Además, los vehículos eléctricos ya están en una posición de costo similar a los de motor tradicionales cuando se consideran los incentivos y el ahorro en mantenimiento y combustible.
Por ejemplo, un modelo de Xpeng de gama media, la versión base que ofrece la marca, cuesta 39,900 dólares.
Es un precio comparable al de un Honda Civic o un Toyota Corolla de combustión, que son vehículos similares en tamaño y segmento.
Del mismo modo, la G9 es una SUV muy equipada; su competencia en vehículos de combustión serían la Mercedes-Benz GLE, la Volvo XC90 y la BMW X5.
La G9 cuesta entre 30,000 y 40,000 dólares menos que estos vehículos de combustión, siendo un modelo 100% eléctrico.
Sin embargo, puntualiza que hay una barrera psicológica y de mercado para el consumidor convencional abrirse a nuevas marcas, por lo que se necesitan incentivos adicionales para convencer a ese segmento que es el más numeroso y a las empresas de dar el paso inicial para electrificar sus flotas.
Colaboración público-privada para un cambio real
Para que la movilidad eléctrica se expanda rápidamente en República Dominicana, Lantigua subrayó la importancia de la colaboración entre el sector público y privado.
“El gobierno debe tomar un rol más activo en esta transición , y eso implica escuchar a las empresas y entender sus necesidades”, afirma.
Según Lantigua, esto no solo incluye incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos, sino también facilidades para importar los equipos necesarios para la instalación de estaciones de carga .
Finalmente, la demanda de deducciones fiscales y otras medidas de apoyo para la electrificación de flotas en República Dominicana es clara.
Sin un marco de incentivos adecuado , la transición a la movilidad eléctrica en el sector privado seguirá siendo lenta, lo que representa una oportunidad perdida tanto para la sostenibilidad como para la competitividad del país.