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lunes 09 de mayo de 2022
El presidente de Repsol contra las metas en movilidad eléctrica: «Debe elegir el ciudadano, no el político»
El presidente de Repsol considera un "auténtico error" prohibir la venta de coches de combustión interna. Aquí, el por qué.
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El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha cuestionado la determinación de la Comisión Europea de prohibir la venta de vehículos de combustión en 2035 y pidió que «sea el ciudadano y no el político» el que decida si quiere comprar un coche eléctrico.

«El vehículo eléctrico va a ser una gran oportunidad, pero no tiene que ser la única», ha argumentado Brufau antes de señalar que prohibir los coches de combustión interna implicará desinversiones en tecnología, que «nadie se cambie de coche» -y por tanto se consuma más- y que algunas empresas (como Repsol) pierdan «incentivos» para investigar combustibles sintéticos o biocombustibles.

Durante su intervención ante la Junta General Ordinaria de Accionistas, Brufau defendió que «el ciudadano es inteligente» y advirtió de que «forzar a que todo pase al vehículo eléctrico es un auténtico error».

Entre los problemas derivados de la apuesta europea por el coche eléctrico, denunció que provoca que «nadie invierta en tecnología y que nadie se cambie el coche, por lo que se consume más», además de contribuir a una mayor segmentación de la población en función de la renta.

Asimismo, lamentó que para las empresas como Repsol reduce el incentivo a la hora de investigar en combustibles que no emitan o en la economía circular.

Por ello, pidió a los gobiernos que no aprueben «normas que prohíban» y que apuesten por «normas que motiven», ya que «las decisiones no las deben tomar los políticos porque son los ciudadanos los que deben decidir».

En esta línea, criticó con vehemencia que, según su punto de vista, Bruselas no respete la neutralidad tecnológica, algo que calificó como «un dogma».

«Se limitan a una única dirección al basar en la electrificación como forma única de solucionar el problema de la descarbonización y eso es un grave error», reiteró.

A este respecto, defendió que hay «multitud» de otras actividades y tecnologías que se pueden desarrollar que además servirían también para proteger a la industria europea.

También cuestionó si tiene sentido utilizar gas importado de Estados Unidos, abundante gracias al ‘fracking’, mientras se prohíbe esta técnica en el continente europeo.

«Debemos plantearnos si es realista fiar la recuperación de la crisis solo a la electrificación, sin tener en cuenta el papel que el gas natural y el petróleo tienen que jugar durante muchos años», prosiguió.

Por otro lado, condenó «la terrible e injusta» agresión de Rusia a Ucrania, que pone de manifiesto la urgencia de asegurar la autonomía energética europea.

Por su parte, el consejero delegado, Josu Jon Imaz, valoró los resultados del pasado ejercicio, primero de vigencia de la estrategia 2021-2025.

«Un Plan que nos empuja a acelerar nuestro viaje en la transición energética, asegura la rentabilidad para los accionistas y nos permitirá ser una empresa más fuerte, más rentable y competitiva», dijo.

Como ejemplo, destacó que la remuneración total al accionista estará en 2022 «claramente por encima del euro por acción, recuperando los niveles prepandemia».

Paralelamente, Imaz reflexionó sobre el impacto negativo «relevante» en la actividad económica que está teniendo la guerra generada por la invasión rusa de Ucrania, debido a las subidas de los precios de la energía y de las materias primas, la disrupción del comercio internacional y una merma de la confianza, según informó ABC.

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