La nave Felicity Ace estaba en llamas y estuvo a la deriva en el Océano Atlántico durante días, frente a todo el planeta. El fuego duró tanto porque fue provocado por el litio de las baterías de uno de los coches eléctricos que iban en la embarcación.
Mitsui OSK Lines (MOL), la compañía que opera el barco involucrado en el incidente, confirmó que ya no transportaría tranvías usados.
MOL es una de las mayores empresas especializadas en el transporte marítimo de automóviles del mundo. Según la firma de abogados Vinson & Elkins, este incendio fue la mayor pérdida del negocio, cotizada en US$ 500 millones (alrededor de R$ 2,3 mil millones).
Un vocero de MOL comentó a un portal sobre la decisión de la empresa. La firma asegura que el transporte de coches eléctricos se ha incrementado en los últimos años y esto les ha obligado a revisar los protocolos de seguridad. Otros transportistas tomaron decisiones similares.
Cuando una batería de litio se incendia, la temperatura puede alcanzar los 2.700 grados centígrados. La táctica para apagar este fuego es diferente, los sistemas de extinción de incendios en los barcos de hoy no son capaces de controlar tal fuego. Las técnicas conocidas para controlar este tipo de incendios aún no son prácticas para ser aplicadas en lugares con espacio limitado.