En noviembre de 2022 los países de la Unión Europea consensuaron el texto de la ley que plantea eliminar gradualmente las ventas de automóviles y furgonetas nuevos con motor de combustión.
En aquel entonces se acordó alcanzar en 2030 un 50% de la reducción y hacia 2035 el total de los vehículos.
Todo parecía que avanzaba a buen ritmo, por el grado de entendimiento durante los trílogos y cuestiones burocráticas, generando la sensación que la moción corría sobre una zona segura.
Sin embargo, en febrero de este año, el canciller aleman Olaf Scholz, amenazó con bloquear la legislación y quitarle su voto al Pacto Verde Europeo, lo que sorprendió a los que participaron de aquellas negociaciones.
Cambiando su posición, el gobierno alemán exigió que las ventas de automóviles nuevos con motores de combustión interna se permitieran después de 2035, si funcionan con e-fuels (combustibles sintéticos).
Sobre este escenario, Isabell Buschel, Spain Director en Transport & Environment, es consultada por Portal Movilidad España sobre lo que se está poniendo en riesgo en esta nueva etapa de negociaciones.
“Vemos un peligro sobre la política industrial europea, en un momento donde debemos responder a la ley americana de reducción de la inflación y es necesario ponernos de acuerdo en una estrategia para orientar las inversiones de un sector clave como lo es el de la automoción”, refiere la directiva.
En su paso por el ciclo de entrevistas “Personalidades”, organizado por este medio, Buschel no vacila un segundo al reconocer que otro de los factores críticos es la posible inclusión de los combustibles sintéticos, o bien conocidos como “e-fuels”.
Reconociendo que una transición de la magnitud que está enfrentando el mundo automotor requiere su tiempo, también entiende que es vital sentar un norte claro para avanzar.
“Si elegimos la dirección que ciertas entidades consideran fácil, nos estaremos jugando el futuro el empleo, el bienestar de la economía”, asegura en este punto la directiva de T&E.
A lo que agrega: “Si no producimos nosotros en Europa estas nuevas tecnologías (electromovilidad) lo harán otros. Ya lo están haciendo, ya estamos empatando y si no reaccionamos dejaremos de ser una potencia en el mundo del motor”.
Un dato que brinda la organización y hasta el momento es desconocido para muchos, los combustibles electrónicos, o la gasolina y el diésel sintéticos, pueden fabricarse a partir de hidrógeno y CO₂.
Aunque este se quema en los motores, genera una contaminación similar a la de los automóviles convencionales, siempre que se utilice la tecnología Direct Air Capture.
Es así que partiendo de la base de suposiciones “optimistas” sobre la disponibilidad de gasolina electrónica, si se vendieran 46 millones de automóviles nuevos convencionales e híbridos para 2050 y fueran alimentados con estos combustibles, se seguirán produciendo unas 160.000 toneladas de NOx.
Con estos números sobre la mesa y desde la óptica de T&E, el plan de Scholz para los e-fuels corre el riesgo de condenar a los europeos a respirar aire tóxico durante las próximas décadas.
Asimismo, cabe recordar que desde al menos el 2017, este tipo de vectores han sido impulsados por el lobby petrolero en un intento de descarrilar el cambio a motores eléctricos 100% limpios, según admite Transport & Environment.
Urgencia, uno de los síntomas que deben tomar las negociaciones
Para Isabel Buschel “nos hemos dormido en el pasado desarrollando nuestras políticas industriales, mientras Estados Unidos y China ya lo estaban haciendo. Mientras esto pasaba aquí todavía estábamos cultivando el National Champions”.
Es por ello que llama a la acción, en pos de poder responder a las metas fijadas para el año 2050.
Las legislaciones europeas que hoy se definan permitirán avanzar en el trayecto que garanticen una independencia energética, como así también poder atravesar la actual crisis geopolítica.
Este último factor, el que genera “nuestra vulnerabilidad y dependencia”.