El exjefe de Audi, Rupert Stadler, recibió el martes una sentencia suspendida de un año y nueve meses por un tribunal de Múnich por fraude en el escándalo del dieselgate de 2015.
Esto, convirtiéndose en el primer exmiembro de la junta de Volkswagen en recibir tal sentencia.
El exjefe fue multado con 1,1 millones de euros (1,20 millones de dólares), que se destinarán al erario público y organizaciones no gubernamentales, dijo el tribunal.
Otros casos en curso incluyen un caso penal contra otros exgerentes de Volkswagen que tiene lugar en Braunschweig, y un caso contra el exjefe de Volkswagen Martin Winterkorn en suspenso debido a problemas de salud.
La sentencia de Stadler se encuentra en medio del período de tiempo de 1,5 a 2 años que el juez había dicho que enfrentaría el ex director ejecutivo si confesaba el cargo.
El caso es uno de los más destacados tras el escándalo del dieselgate.
Esto ocurre cuando el grupo matriz Volkswagen y Audi admitieron en 2015 haber utilizado software ilegal para hacer trampa en las pruebas de emisiones.
Stadler fue acusado de no detener la venta de los autos manipulados en Alemania luego de que se conociera el escándalo.
Anteriormente había rechazado las acusaciones.
Pero hablando en nombre de Stadler en mayo, su abogada Ulrike Thole-Groll dijo que aunque no sabía que los vehículos habían sido manipulados.
Además aseguraba que desconocia que los compradores habían resultado dañados.
Finalmenten, reconoció que era una posibilidad y aceptó que allí debería haber tenido más cuidado.
Los fiscales originalmente querían una multa de 2 millones de euros, citando los salarios de Stadler en Audi y Volkswagen y sus activos financieros e inmobiliarios.
Otros dos acusados de manipulación de motores -el exejecutivo de Audi Wolfgang Hatz y el ingeniero Giovanni P.- fueron condenados el martes.
Hatz se enfrenta a una sentencia suspendida de dos años con una multa de 400.000 euros y Giovanni P. a un año y nueve meses y una 50.000 euros de multa.
La fiscalía y los acusados pueden apelar hasta el 4 de julio.
¿Qué ha pasado con el “dieselgate”?
Así como fueron investigadas en 2015 Grupo Volkswagen, Audi y Fiat, ahora se da un caso similar con Hyundai y Kia.
¿En qué consiste? Investigaciones alertan que 210 mil coches fueron alterados para que no informen sus emisiones reales para poder cumplir con lo estipulado por la reglamentación europea.
La justicia alemana comienza a investigar a las dos empresas que se comprometieron con el fin del motor de combustión e incluso se propusieron objetivos más ambiciosos que los mismos de la Unión Europea.
De ser cierta la denuncia, ambas automotrices se encontrarían en contradicción con sus metas de lograr las cero emisiones.
¿Qué ocurre entre Audi y el «dieselgate»?
Con un dispositivo de desactivación, similar al utilizado por Volkswagen en su momento, unos 210 mil vehículos fueron lanzados a las carreteras hasta 2020 emitiendo por encima de lo especificado.
Se cree que el software del motor proviene de los proveedores Bosch y Delphi, que hoy es propiedad del grupo Borgwarner y que están siendo investigadas.
BorgWarne está cooperando con las autoridades y se negó a dar comentarios sobre el tema. Un portavoz de Robert Bosch GmbH se negó a comentar y agregó que la compañía llegó a un acuerdo con los fiscales de Stuttgart en 2019.
En el marco de esta investigación, 140 oficiales han registrado locales comerciales de Kia y Hyundai en Alemania y Luxemburgo, en una operación coordinada por la agencia de la Unión Europea Eurojust.
Tanto Kia como Hyundai confirmaron por separado que sus oficinas fueron allanadas y dijeron que están cooperando con las autoridades.
Según los fiscales, los vehículos supuestamente estaban equipados con un software que redujo “masivamente” o eliminó por completo las reducciones de emisiones cuando salieron a las carreteras, ocultando a los clientes que no cumplían con las normas de emisiones de la UE.
El director general de Hyundai España, Leopoldo Satrústegui, ha destacado la “necesidad” de un plan concreto para la electrificación, reconociendo que la constitución de una mesa de gobernanza para el vehículo eléctrico anunciada por el Gobierno es “un buen comienzo”.
Sin embargo, en su opinión, para lograr el objetivo establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de contar con un parque de tres millones de turismos eléctricos en 2030, “hay que volar”.
La marca tiene como objetivo vender 1,87 millones de vehículos eléctricos al año para 2030 mediante el fortalecimiento de la línea.
El mismo caso sucede con Kia que ampliará la proporción de automóviles eléctricos del 17 % de las ventas mundiales en 2022 al 52 % en 2030.
Los antecedentes
El dieselgate ha sacudido a la industria automotriz desde 2015, cuando las autoridades estadounidenses revelaron que estaban investigando a Volkswagen AG.
Rápidamente se extendió a otros fabricantes de automóviles y varios siguen envueltos en investigaciones.
En aquel entonces estuvo relacionado con las emisiones contaminantes de 11 millones de vehículos de las marcas Volkswagen, Audi, SEAT, Škoda y Porsche (pertenecientes al grupo Volkswagen) entre 2009 y 2015.
Los motores diésel de determinados modelos podían llegar a emitir hasta 40 veces más de lo legalmente aceptado de partículas de óxidos de nitrógeno.