La Ciudad de Buenos Aires activó este miércoles su primera línea de buses eléctricos, en lo que representa el inicio formal de una etapa de transición tecnológica para el sistema de transporte público porteño.

El servicio cubrirá un trayecto clave que une Plaza San Martín, en Retiro, con Parque Lezama, atravesando zonas centrales de alta circulación urbana como San Nicolás, Monserrat, San Telmo y La Boca.

“Es un gran paso para la Ciudad. Moverse tiene que ser una experiencia más cómoda, segura y rápida, con un servicio de transporte moderno, eficiente y sustentable”, sostuvo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, en el acto de lanzamiento de los buses eléctricos.

La iniciativa busca posicionar a Buenos Aires entre las capitales regionales que apuestan por la electromovilidad como política estructural, promoviendo soluciones de bajo impacto ambiental en entornos urbanos densamente poblados.

Un modelo piloto de buses eléctricos, con proyección metropolitana

El servicio funcionará de forma gratuita durante los primeros 60 días, como parte de una estrategia de puesta en marcha gradual que permitirá testear el rendimiento de las unidades, la aceptación del usuario y los aspectos logísticos del nuevo sistema.

Así es el interior de los nuevos buses 100% eléctricos porteños. (Foto: GCBA)

En total, se incorporaron 12 vehículos eléctricos de media distancia, con una longitud de 7 metros y capacidad para 30 pasajeros, de los cuales 13 viajarán sentados.

Cada unidad posee una autonomía de 170 kilómetros por carga completa y puede alcanzar una velocidad máxima de 60 km/h, acorde a los estándares urbanos.

La operación de la línea fue adjudicada a Transportes Atlántida, que tendrá la concesión por un plazo de dos años.

Una de las características distintivas del proyecto es que el plantel completo de conductoras estará integrado por mujeres, en línea con los principios de equidad e inclusión promovidos por el gobierno porteño.

El trayecto total contempla 36 paradas, una cada tres cuadras aproximadamente, con un circuito de 7,3 kilómetros de ida y 5 kilómetros de regreso.

La línea pasará por zonas de alto valor patrimonial y turístico como el Casco Histórico, donde las unidades circularán a un máximo de 20 km/h, según las normas vigentes para áreas protegidas.

En calles de barrios como San Telmo, la velocidad permitida se eleva a 30 o 40 km/h, mientras que en avenidas como Martín García, desde donde inicia el recorrido, el límite será de 50 km/h, lo que permite mantener tiempos de traslado competitivos frente a los colectivos convencionales.

La estimación oficial es que el servicio transportará más de 500.000 pasajeros al año, integrando nodos clave de la red de transporte metropolitana y facilitando conexiones con líneas de subte, tren y otras líneas de colectivos.

Las unidades cuentan con un equipamiento tecnológico completo, entre los que destacan:

• Cámaras de seguridad internas
• Sensores de conteo de pasajeros
• Sistema de QR para consulta de horarios en tiempo real
• Pantallas informativas

Además, el sistema de carga, guarda y mantenimiento de las unidades fue instalado en un espacio especialmente acondicionado bajo la autopista, en la intersección de Avenidas Ingeniero Huergo y Brasil.

Allí se encuentran los cargadores rápidos que abastecen a los buses eléctricos entre cada jornada de servicio.

Reducción de emisiones y alineamiento con políticas globales

La incorporación de esta línea eléctrica forma parte de una política más amplia orientada a la reducción de emisiones contaminantes en la Ciudad, que incluye la reconversión de la flota de transporte público con buses eléctricos, el incentivo a la micromovilidad y la promoción del uso de energías limpias.

Según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad (APrA), el reemplazo de colectivos diésel por unidades eléctricas permitirá reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), óxidos de nitrógeno (NOx) y material particulado (PM), principales responsables de la contaminación del aire urbano.

Esta acción se enmarca además en el compromiso de Buenos Aires con la Declaración de Ciudades C40, mediante la cual se busca alcanzar emisiones netas cero al año 2050, con metas intermedias para 2030 y 2040.

Aunque Buenos Aires marca un hito al ser la primera capital del país con una línea 100% eléctrica en funcionamiento, otras jurisdicciones también avanzan en planes similares.

Rosario, Mendoza, Córdoba y La Plata han manifestado su interés en incorporar buses eléctricos, ya sea mediante licitaciones en curso, pruebas piloto o acuerdos con fabricantes.

En paralelo, el Ministerio de Transporte de la Nación ha impulsado la Mesa Nacional de Electromovilidad, donde se articula el trabajo entre provincias, municipios y empresas proveedoras de infraestructura y vehículos eléctricos.