El corredor panamericano de JuiceBox cuenta con 220 puntos de carga desde Ensenada, México a Ushuaia, Argentina atravesando 11 países. Este último es el que más puntos posee en su territorio alcanzando los 62.
A esos se le suman los dos en las oficinas de Enel, dos en la central de generación y 12 con Axion Energy lo que da un total de 78 puntos públicos. Los privados son 52.
La alianza con la petrolera también significó un punto de quiebre en el impulso de la movilidad eléctrica en el país. Es por esto que Adrián Peragallo, responsable de Movilidad Eléctrica de Enel X Argentina, indica: “Culturalmente el auto se carga en la estación de servicio, veremos si se rompe ese paradigma. Son espacios estratégicos porque el usuario permanece, son como los centros comerciales o los bares”.
Otro proyecto en el cual la firma participa del corredor de la Agencia de Inversiones de Neuquén y queda pendiente la ruta del Atlántico que conecta, entre otras localidades, Pinamar y Mar del Plata.
No obstante, aunque existe el interés y la intención Peragallo destaca que las condiciones regulatorias y los incentivos no son los ideales para atraer a las empresas.
“No existe normativa que permita recuperar la inversión, además no se visualiza cuál es el modelo de negocios o quién opera. Por ejemplo, algunos optan por las empresas de energía, nosotros somos partidarios de que esté desregulado. Todos estamos a la espera de definiciones”, sostiene.
A modo de referencia pone el caso de Chile, país que lleva adelante un plan de infraestructura de carga pública donde solo 1200 puntos son de Enel X.
Se conoce que el Gobierno nacional argentino está trabajando en una ley de movilidad sustentable, pero por parte de la firma no han tenido contacto. Al respecto, menciona: “Queremos tener un acercamiento y contarles nuestra experiencia en otros países”.
Sobre lo que debería contemplar opina que por lo menos los cargadores no tendrían que pagar aranceles de importación ya que no hay fabricantes en Argentina.
“Hoy en día poner un cargador rápido es una inversión incierta que no tiene retorno por lo menos en el corto plazo, en general se hace para difundir la movilidad eléctrica”, indica.
En tanto tarifas de la energía utilizada para la recarga de los vehículos considera que en un principio debería estar regulada y que el valor impuesto contemple los costos del desarrollo de la infraestructura.
Por lo que afirma: “Esto está directamente relacionado con la oferta, solo hay 100 unidades eléctricas en el país. Por parte de las automotrices tampoco hay definiciones para este año por el mismo motivo, las medidas que se observan son a muy corto plazo”.
Hace referencia a la autorización del Gobierno para importar mil unidades de autos eléctricos e híbridos hasta mayo del 2021 y suma la situación económica general marcada por la inestabilidad cambiaria y falta de financiamiento accesible.
En ese sentido, Peragallo agrega: “Una señal que está faltando es la electrificación del sistema de transporte público. A las personas que pueden acceder a un vehículo eléctrico hay que acercarlas a la tecnología, la ciudadanía todavía desconoce los beneficios”.
Por otro lado, un eje fundamental es la estandarización de conectores y tiene una postura firme.
“Las marcas ya tienen un tipo de conexión definido, no vamos a cambiar la decisión de Nissan ni de Renault, no sería tan exigente con eso. Sí tenemos que trabajar en la interoperabilidad entre todos los actores participantes, que no pasa por los enchufes sino por poder habilitar el cargador”, reflexiona.
Por tanto, se plantea la necesidad de unificar en una plataforma todos los puntos de carga con el detalle de los conectores, su disponibilidad y gestión de cobro para que los usuarios de diferentes empresas tengan acceso sin problema.