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miércoles 14 de junio de 2023
«Compañías eléctricas en la mira»: CNMC investiga obstáculos a puntos de recarga
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia inició una investigación, aunque todavía no ha incoado expediente, para determinar si las grandes distribuidoras de electricidad están poniendo trabas para instalar puntos de recarga de vehículos eléctricos.
Cani Fernández, presidente de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia
Todo esto, tras recibir varias denuncias anónimas dentro de un proceso de información que abrió el pasado mes de febrero.
La descarbonización del transporte es uno de los ejes de acción en la lucha contra el calentamiento global.
Y en concreto el impulso del vehículo eléctrico se ha convertido en una prioridad para la sociedad.
Sin embargo, para que se generalice la adopción del vehículo eléctrico, es necesario que se desarrolle una red de puntos de recarga mallada y adecuada a las necesidades de los usuarios.
En este marco, la CNMC detectó algunos elementos que podrían obstaculizar el desarrollo eficiente y competitivo del sector.
El estudio que se ha iniciado pretende analizar con detalle estos elementos y contribuir, a través de propuestas de intervención pública, a facilitar dicho desarrollo.
Tal y como indican fuentes consultadas por este diario, el organismo supervisor ha recibido varias denuncias sobre casos concretos.
En todos ellos, donde las compañías eléctricas podrían estar presuntamente dificultando el acceso a los operadores independientes de puntos de recarga eléctrica el acceso a la red.
La petición de puntos de acceso a las compañías eléctricas está suponiendo un auténtico problema.
Esto, ya que en muchos casos se tardan meses en responder sobre la capacidad de los nudos.
Además se pide el pago de la construcción de una cantidad de redes adicionales que después deben entregarse de forma gratuita a las distribuidoras.
¿Compañías eléctricas o Administraciones?
De parte de los instaladores de puntos de recarga se oyen reclamos varios hacia las compañías eléctricas y las administraciones para poder tener operativo un cargador.
Los plazos son largos y se puede alcanzar los 23 meses de domara para que esto suceda.
Dentro de la tramitación pertinente a la
activación de un punto de recarga se
encuentra el diálogo con la distribuidora y la conexión a la red.
Este paso relevante para la infraestructura se ve “demorado”, visto así por parte del sector.
Portal Movilidad España conversó con las compañías eléctricas del país para conocer de lleno qué sucede.
Surgieron dos respuestas: lentitud burocrática y ansiedad (podría decirse).
Luis Carlos Montañés Bellosta, Responsable de Operaciones Comerciales de Endesa.
“Lo que cuenta como plazos de obra, desde el lado de la distribuidora, son cortos. Hablamos de entre 15 y 20 días. El resto del tiempo es lo que el cliente percibe”, comenta Luis Carlos Montañés Bellosta, Responsable de Operaciones Comerciales de Endesa.
Desde la empresa afirman cumplir con los plazos legales establecidos y, además, estos no varían de otra conexión que se debe realizar.
Los tiempos son los mismos para un punto de recarga que para una panadería.
Los plazos regulados en el RD 1183/2020 de Acceso y Conexión a la red para generación y consumo:
- Plazo máximo para iniciar el análisis de la solicitud: 20 días
- Plazo máximo para analizar la solicitud y emitir propuesta técnico-económica según nivel de tensión: 15 días en baja tensión y 30 días en tensiones ≤ 36 kV
- Plazo máximo emisión de permisos desde aceptación propuesta: 20 días
Desde Endesa aseguran no tener ningún tipo de reclamación por parte de los instaladores por estos plazos de contestación, los problemas pueden surgir más adelante y no por causa de la distribuidora.
“No somos responsables de las demoras, ya que en la inmensa mayoría de casos nos ceñimos a los plazos que la regulación nos concede para realizar nuestras funciones”, así también lo afirman desde i-DE, la empresa distribuidora de Iberdrola.
Luego de la contestación de la distribuidora, vendrá la hora del instalador de punto de recarga. Aquí existen dos tipologías.
La primera es de hasta 30 días y la segunda de hasta seis meses, que es la reserva de la potencia al cliente.
Lo que explican desde las compañías eléctricas es que el plazo de reserva no varía según el tipo de cliente, si se tratase de otro rubro tendría el mismo tiempo.
Una vez que el instalador ha aceptado, se inicia la redacción del proyecto. Aquí cuentan los plazos legales de la distribuidora, es quien se encarga de esta tarea y se tramita con el ayuntamiento o Industria.