Costa Rica cuenta con un reglamento que posee lineamientos acerca de qué condiciones deben cumplir las estaciones de carga. Sin embargo, desde la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), consideran que esta ordenanza tiene que actualizarse en tres aspectos.
Para conocer más detalles, Portal Movilidad dialoga con Randall Zúñiga, subgerente general de la CNFL, quien explica:
“Cada empresa realiza grandes inversiones para cumplir con lo que pide el reglamento. En el caso de Fuerza y Luz, según nuestro último análisis, gastamos cerca de 1.330.000 dólares”.
Y agrega: “La disposición es sumamente estricta a la hora de definir la tecnología. Por eso, podríamos comenzar a pensar en actualizar el reglamento según los cambios que se están atravesando en todo el mundo”.
Lo cierto es que, según la ordenanza, los cargadores rápidos deben disponer de conectores CHAdeMo, Combo 1 y GB/T.
“Tal vez tengamos que retirar alguna de esas tecnologías y pensar en los cambios que van surgiendo, qué es lo que se está adaptando y homologando. Necesitamos más flexibilidad en la disposición y que no sea obligatorio contar con los tres conectores, sino que analicemos lo que el mercado costarricense está incorporando”, reconoce Zúñiga.
El segundo aspecto que tendría que solucionarse tiene que ver con la forma en que se abona el servicio de alimentación de vehículos eléctricos.
“Hay que estandarizar las formas de pago en todo el país para que sea un proceso ágil y sencillo, al igual que sucede con la carga de combustibles”, sostiene el subgerente.
Vale mencionar que el último punto colocado por la compañía posee un sistema que permite abonar el servicio de forma universal, es decir, con cualquier medio de pago que incluya un sensor para ser leído.
“Para finales de este mes, instalaremos este sistema en todos los puntos que colocamos anteriormente”, indica Zúñiga.
El objetivo principal de esta iniciativa consiste en facilitar la utilización del servicio a extranjeros, ya que podrán abonar con las tarjetas que traen de sus países de origen.
Finalmente, el último aspecto que debería considerar el reglamento tiene que ver con implementar un sistema de comunicación.
De esta forma, a través de una plataforma, los usuarios podrán informar a otras personas qué cargador utilizará, cuándo, durante cuánto tiempo y así “reservarlo”.
“Es necesario que la ordenanza sea dinámica, vinculada a la manera en que se alimentarán los vehículos eléctricos en el futuro”, explica el subgerente.
Y aclara: “El problema es que en Costa Rica, una vez que se realizan los reglamentos, es difícil que aparezca una iniciativa política para actualizarlos. Por eso, las disposiciones no tienen que ser restrictivas a nivel de números”.
¿A qué dificultades se enfrenta la CNFL al instalar cargadores?
Actualmente, la principal problemática que debe resolver la CNFL se relaciona con el mal estado en el que se encuentran las redes eléctricas en zonas rurales.
Lo cierto es que, a la hora de colocar un punto, la localización tiene que contar con un “circuito robusto” que permita que los cargadores rápidos funcionen sin inconvenientes.
“Hay que revisar dónde están los puntos fuertes para realizar la instalación. Esto a veces requiere invertir en sitios donde tal vez el cargador queda aislado, porque no hay industrias y locales desarrollados alrededor de él. Tenemos que ubicarlos en ambientes comerciales”, enfatiza Zúñiga.
Este aspecto también hace a la seguridad del tótem, ya que los mismos vecinos protegen a la infraestructura del vandalismo.
“Es importante concientizar acerca de la importancia de proteger los cargadores, para que sean manipulados de forma segura y no sean dañados. Continuamente estamos en procesos de formación”, comenta el subgerente de la CNFL.
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