Las estaciones de carga para vehículos eléctricos en Colombia deben cumplir con normativas técnicas específicas para su instalación y operación que, si no están en claro, pueden retrasar el proceso.
En ese contexto, se destacan el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE) y la Norma Técnica Colombiana NTC 2050 establecen los requisitos que garantizan la seguridad y eficiencia del sistema eléctrico en estos puntos de recarga.
En el caso del RETIE, la certificación obligatoria para estaciones de carga, regula la seguridad de las instalaciones eléctricas.
Según lo estipulado en el numeral 20.7 del reglamento, toda estación de carga debe contar con un certificado de conformidad que garantice el cumplimiento de los estándares de seguridad.
Este requisito es obligatorio y debe ser expedido por un organismo de certificación acreditado.
Además, el numeral 10.1 del RETIE establece que toda instalación eléctrica debe contar con un diseño elaborado por un profesional legalmente competente.
Esto implica la presentación de documentación técnica detallada, incluyendo planos eléctricos y memorias de cálculo.
Indica que cualquier intervención en la infraestructura eléctrica, ya sea construcción, ampliación o remodelación de una estación de carga, debe cumplir con los parámetros del RETIE.
Para ello, se debe realizar una inspección y certificación antes de la puesta en marcha del sistema.
En el caso de proyectos de mayor envergadura, como estaciones de carga con alta demanda energética, el RETIE exige la instalación de medidas de protección como sistemas de puesta a tierra y dispositivos de apantallamiento contra descargas atmosféricas.
NTC 2050 y los requisitos para la instalación de equipos de carga
La Norma Técnica Colombiana NTC 2050 complementa el RETIE al establecer las condiciones específicas para la instalación de los equipos de carga de vehículos eléctricos.
En la sección 625, se detallan los criterios que deben cumplir los sistemas de carga, que incluye las condiciones de instalación, las protecciones eléctricas y la ubicación.
En el caso de las condiciones de instalación, los equipos deben estar diseñados para operar de manera segura dentro de los parámetros eléctricos de la red colombiana.
Las protecciones eléctricas: Se deben incluir mecanismos de desconexión de emergencia y sistemas de protección contra sobrecargas y cortocircuitos.
En tanto, en cuanto a ubicación e identificación, las estaciones de carga deben estar señalizadas de acuerdo con los parámetros definidos en la normativa.
Instalar una electrolinera en Colombia puede superar los USD 1500
Entre estudios técnicos, trámites legales, materiales y certificaciones, el costo total puede superar los $7 millones de pesos colombianos, lo que equivale a más de 1500 dólares, un dato que sorprende a quienes buscan invertir en este tipo de proyectos.
Además, el país está atravesado por una particularidad: según datos proporcionados por USAENE y el BID, hay 186 estaciones de carga en todo el territorio nacional y, aunque está reglamentado el conector tipo 1 -no de manera excluyente-, prevalecen hasta siete tipos de conectores.
En tanto, para garantizar un despliegue seguro y eficiente, el país definió requisitos técnicos y normativos que deben cumplirse al instalar electrolineras.
¿Cuáles son los pasos a seguir para instalar una estación de carga en Colombia?
- Evaluación inicial del sitio
El primer paso en la instalación de una electrolinera es evaluar las necesidades del sitio y su capacidad eléctrica.
Este análisis incluye determinar la potencia requerida, realizar un estudio de cargabilidad y elaborar un diagrama unifilar que refleje las especificaciones técnicas del proyecto.
Estas evaluaciones iniciales, que implican un costo aproximado de $850.000 COP, permiten prever las condiciones necesarias para el correcto funcionamiento de la infraestructura.
- Gestión con operadores de red
Posteriormente, es fundamental identificar al operador de red y al comercializador de energía que prestarán el servicio en la ubicación seleccionada para la electrolinera.
En caso de que el sitio no cuente con la capacidad eléctrica necesaria, se debe gestionar un punto de conexión o solicitar una ampliación de potencia.
Este trámite puede durar hasta 15 días hábiles y requiere documentos como las facturas de servicios del lugar, el formato firmado por el propietario y, en algunos casos, permisos adicionales si el titular del sitio y el de la electrolinera son diferentes.
El costo estimado para este procedimiento es de $350.000 COP.
- Diseño y aprobación de planos
Este proceso, que puede extenderse por un mes, incluye la elaboración de planos eléctricos, análisis de riesgos, sistemas de puesta a tierra y diseño de iluminación.
Estos documentos deben presentarse al operador de red para su aprobación, lo que implica un costo adicional cercano a los $3.000.000 COP.
Una vez aprobados, los diseños tienen una vigencia de un año y son indispensables para avanzar con la construcción de la estación.
- Construcción y certificación
Durante la instalación de los equipos, es obligatorio cumplir con las especificaciones establecidas en el Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas (RETIE), el cual regula las condiciones de seguridad y calidad de las instalaciones para las electrolineras.
Además, se requiere una inspección para certificar las etapas de distribución, medida y uso final.
Este proceso de certificación tiene un costo aproximado de $2.950.000 COP y puede durar hasta cuatro semanas.
Una vez obtenida la certificación, se debe proceder con la legalización de la cuenta y el medidor ante el operador de red.
- Legalización y registro
La etapa final implica registrar la estación de carga ante las autoridades competentes y tramitar los beneficios tributarios disponibles, como la deducción de hasta el 50% del impuesto de renta.
Este último proceso, coordinado con la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), puede extenderse por varios meses.
Todo el procedimiento, desde la evaluación inicial hasta la puesta en marcha de la estación, tiene una duración estimada de entre 10 y 12 meses.
Además, existen factores adicionales a considerar, como la necesidad de prever futuras expansiones de capacidad y cumplir con los estándares de interoperabilidad.
En propiedades horizontales, por ejemplo, la instalación de una estación puede requerir la aprobación de la asamblea de copropietarios, especialmente si las obras implican cambios estructurales significativos.
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