Latam | Infraestructura de Carga
miércoles 21 de mayo de 2025
En 2024. Entre el 75% y 85% de estaciones de carga en Latinoamérica provienen de China
‍La mayoría de los equipos de carga en la región proviene de fabricantes chinos, que ofrecen soluciones asequibles y de rápida instalación. Pero la falta de estandarización técnica y la débil producción local desafían la expansión del sector.
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China se consolidó como el principal proveedor de estaciones de carga para vehículos eléctricos en Latinoamérica durante 2024, al abastecer entre el 75% y el 85% de los equipos instalados en los principales mercados de la región.

Este dominio responde al crecimiento acelerado de la movilidad eléctrica en países como Brasil, México, Colombia, Costa Rica y Uruguay, que no han desarrollado aún capacidad local suficiente para abastecer su propia demanda de infraestructura.

Si bien Brasil lideró las ventas regionales con 125.000 vehículos eléctricos comercializados en 2024 y una cuota de mercado del 6,5%, el 85% de las estaciones de carga instaladas en ese país fueron importadas desde China. Así lo apunta el el informe Global EV Outlook 2025 de la Agencia Internacional de Energía (IEA).

En paralelo, más de dos tercios de los equipos de carga en México provienen también de fabricantes chinos, mientras que en Colombia, Costa Rica y Uruguay —mercados con cuotas de penetración del 7,5%, 15% y 13%, respectivamente— la mayoría de las estaciones públicas también fueron importadas, principalmente desde China y, en menor medida, Europa.

¿Por qué China?

El liderazgo chino se explica por múltiples factores. En primer lugar, el costo promedio de una estación de carga rápida (DC) importada desde China es entre un 20% y un 30% inferior al de una equivalente europea.

En segundo lugar, China cuenta con una industria de equipos de carga madura, escalable y adaptable a distintos contextos urbanos, lo que le permite ofrecer soluciones listas para instalar, incluso con tecnologías avanzadas como carga rápida o carga inteligente (smart charging).

Fuente: elaboración propia a partir de datos del informe Global EV Outlook 2025 de la Agencia Internacional de Energía (IEA).

Leer más: China «pisa fuerte» en Chile con el 61% de modelos eléctricos homologados

La presencia china también se extiende a la provisión de soluciones para el transporte público eléctrico. En Brasil, por ejemplo, la mayoría de las flotas de buses eléctricos opera con cargadores y sistemas de gestión energética fabricados en China, reconocidos por su compatibilidad con vehículos de gran autonomía y su integración con sistemas urbanos complejos.

A pesar de estas ventajas, la fuerte dependencia de importaciones plantea desafíos estructurales para el crecimiento sostenible del sector en la región.

La falta de estandarización técnica: un desafío para la interoperabilidad

Uno de los principales obstáculos para consolidar una infraestructura regional sólida es la ausencia de normas técnicas comunes. La diversidad de tecnologías, conectores y protocolos entre fabricantes —sumada a marcos regulatorios descoordinados— impide la interoperabilidad entre cargadores, operadores y vehículos.

Lula, con representantes de BYD Brasil.

Lula con representantes de BYD, que instalaron en Brasil su primera fábrica de vehículos eléctricos fuera de Asia.

Actualmente, menos del 10% de los cargadores instalados en Latinoamérica cumplen con estándares internacionales como el protocolo ISO 15118, que permite la comunicación bidireccional entre vehículo y estación y habilita funciones como la carga inteligente o el intercambio energético con la red (V2G).

Asimismo, solo el 30% de las estaciones públicas ofrecen conectividad suficiente para implementar estas tecnologías.

La falta de estandarización no solo afecta la experiencia de los usuarios —que pueden encontrar limitaciones para utilizar cargadores de diferentes marcas o países—, sino que también retrasa el despliegue de tecnologías más sofisticadas de gestión de energía y dificulta las inversiones privadas en redes regionales interoperables.

Iniciativas para la producción y ensamblaje local de equipos de carga

Frente a esta dependencia estructural, algunos países han comenzado a promover iniciativas para fomentar la producción o ensamblaje local de estaciones de carga. Brasil y México encabezan estos esfuerzos, combinando incentivos fiscales, acuerdos tecnológicos y desarrollos industriales orientados a la electromovilidad.

En Brasil, se han puesto en marcha proyectos para la instalación de “electrocentros”, centros urbanos que integran múltiples puntos de carga de alta potencia y que incorporan componentes ensamblados localmente, aunque todavía basados en tecnología importada. Estos hubs son parte del plan para desarrollar corredores eléctricos en rutas nacionales y expandir la infraestructura en las principales capitales.china

México, por su parte, duplicó su capacidad de producción de vehículos eléctricos en 2024 y busca extender esa capacidad hacia la manufactura de cargadores básicos de corriente alterna (AC), particularmente para aplicaciones residenciales y corporativas.

Algunos fabricantes locales están negociando acuerdos con empresas chinas para producir modelos bajo licencia o ensamblar kits tecnológicos adaptados al mercado mexicano.

Pese a estos avances, la producción regional de cargadores sigue siendo incipiente: menos del 15% del mercado actual está cubierto por equipos fabricados o ensamblados en la región. Las principales barreras son la escala limitada, la necesidad de inversión en I+D y la falta de cadenas de suministro consolidadas para componentes clave.

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