La entrada en vigencia del estándar de eficiencia energética para vehículos livianos en Chile, contemplado en el artículo 7 de la Ley 21.305 sobre Eficiencia Energética, ya muestra resultados alentadores.

A un año de su implementación, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones presentó el primer informe oficial de cumplimiento, en el que se evidencian mejoras sustanciales tanto en rendimiento energético como en la penetración de tecnologías cero emisiones en el parque vehicular liviano.

El informe revela que 187.364 vehículos fueron regulados durante el periodo 2024, de los cuales 4.771 unidades corresponden a tecnologías cero emisiones, incluyendo eléctricos puros (EV) e híbridos enchufables (PHEV).

Esto representa un crecimiento del 636% respecto a 2021, cuando apenas se registraban 648 unidades bajo estas tecnologías.

Además, el rendimiento energético promedio del total de vehículos livianos alcanzó los 16,6 kilómetros por litro de gasolina equivalente (km/lge), lo que supone una mejora del 8,5% frente a los niveles de 2021, cuando el promedio era de 15,3 km/lge.

Este incremento se consolida como el mayor avance en eficiencia registrado en el país desde que se iniciaron las mediciones oficiales en 2013.

Fuente: Ministerio de Energía de Chile.

Impacto en el mercado y compromiso empresarial

Uno de los datos más relevantes del informe es el «salto» en la participación de importadores que cumplen con el estándar, que pasó del 1,5% en 2021 a un 61,2% en 2024.

Este indicador sugiere un alto grado de adecuación por parte del mercado a las exigencias normativas, impulsando también una mejora en la oferta de tecnologías más eficientes.

Por tipo de tecnología, los vehículos eléctricos alcanzaron un rendimiento promedio de 58,8 km/lge en 2024, frente a los 43,3 km/lge de 2021, lo que representa una mejora del 35,8%.

En tanto, los híbridos con recarga exterior escalaron de 42,1 a 56,5 km/lge, y los híbridos convencionales llegaron a los 22 km/lge en promedio, también mostrando una evolución favorable.

En contraste, los vehículos de combustión interna mantuvieron un rendimiento relativamente estable, oscilando entre los 14,8 y 15,3 km/lge.

El gráfico de rendimiento promedio por tipo de propulsión deja en evidencia la creciente brecha entre tecnologías convencionales y cero emisiones, marcando una tendencia clara hacia la electrificación como vía de cumplimiento normativo y eficiencia energética.

Fuente: Ministerio de Energía de Chile.

Crecimiento exponencial de los cero emisiones

La participación de vehículos eléctricos e híbridos enchufables en el total de certificados de homologación pasó de apenas 0,2% en 2021 a un 2,5% en 2024, según los registros oficiales.

Aunque estas cifras pueden parecer modestas en términos absolutos, su tendencia es marcadamente ascendente. En términos relativos, se trata de un aumento de más de 12 veces en tres años.

En particular, los vehículos eléctricos puros pasaron de 496 unidades homologadas en 2021 a 4.024 unidades en 2024, mientras que los híbridos enchufables crecieron de 152 a 747 unidades en el mismo periodo.

Estos resultados refuerzan la lectura de que el estándar ha incentivado no solo una mayor adopción de tecnologías limpias, sino también una mejora técnica de sus rendimientos.

Más de una década de política pública

La actual política de eficiencia energética vehicular en Chile tiene su origen en 2013, con la implementación obligatoria de la etiqueta de rendimiento energético para vehículos livianos, la cual fue extendida a vehículos medianos en 2017.

En 2021, se promulgó la Ley 21.305, que estableció la obligatoriedad de definir estándares mínimos para vehículos livianos, medianos y pesados.

Para el caso de los livianos —vehículos con peso bruto vehicular (PBV) menor a 2.700 kg— la resolución fue publicada en 2022, y el estándar comenzó a aplicarse oficialmente desde marzo de 2024.

De acuerdo al cronograma oficial, el estándar para vehículos medianos entrará en vigencia en 2026 y el de pesados en 2028.

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Próximos pasos y expectativas

El caso chileno podría convertirse en un referente regional. A diferencia de otras políticas que promueven incentivos indirectos, Chile avanzó en regulación con metas cuantificables y un sistema de seguimiento técnico, lo que permite evaluar impactos reales en corto plazo.

La publicación del primer informe de cumplimiento es, en ese sentido, un hito institucional que fortalece la gobernanza de la política energética y vehicular.

De cara a los próximos años, se espera la entrada en vigencia de los estándares para medianos en 2026 y para pesados en 2028. De mantenerse la tendencia actual, los efectos combinados de estas medidas podrían llevar a una transformación estructural del parque automotor nacional.

Según el portal oficial, se continúa promoviendo el uso de la etiqueta energética como herramienta de información al consumidor, lo que complementa el enfoque regulatorio con acciones de concienciación.