En México, donde la infraestructura de carga aún es incipiente y la ansiedad de autonomía ralentiza la adopción masiva de vehículos eléctricos, FAZT emerge como un jugador clave para transformar el panorama de la electromovilidad.
La empresa planea instalar más de mil estaciones de carga rápida para 2030 y acelerar la adopción de vehículos eléctricos con infraestructura robusta, tecnología interoperable y energía 100% verde.
Rafael Lara Carpio -analista de Operaciones en Electromovilidad en FAZT- compartió con Mobility Portal Latinoamérica los avances, retos y visión a largo plazo de FAZT.
«La infraestructura de carga no es solo instalar cargadores; es un proceso robusto que debe garantizar confiabilidad, seguridad y visibilidad en tiempo real», afirma al inicio del diálogo.
Red de carga confiable, una clave para la electromovilidad
Uno de los mayores desafíos para FAZT ha sido establecer una operación nacional capaz de mantener estaciones funcionando las 24 horas, los siete días de la semana.
Para ello, combinan monitoreo en tiempo real con videovigilancia constante y análisis de datos operativos.
«Un cargador fuera de servicio puede dañar la confianza en la electromovilidad. Por eso, la disponibilidad operativa es un pilar», remarca Lara Carpio, que también es Ingeniero en Negocios Energéticos Sustentables.

La eficiencia y disponibilidad de los puntos de carga son fundamentales.
El sistema de videovigilancia no solo protege la infraestructura frente a actos vandálicos, sino que también garantiza la seguridad del usuario, especialmente en zonas de alto tránsito.
Gracias a los datos recolectados, FAZT optimiza sus operaciones y anticipa futuras demandas.
Se analizan horarios pico, tiempos de carga y patrones de uso, lo que permite decisiones estratégicas y una planificación dinámica de nuevas estaciones.
Uno de los proyectos más ambiciosos de FAZT es su alianza con Soriana para desplegar más de mil estaciones de carga en puntos estratégicos del país.
Las ubicaciones no se eligen al azar. «Analizamos el perfil socioeconómico de la zona, el flujo peatonal y vehicular, y la cercanía a rutas clave», detalla Lara.
La ubicación dentro de tiendas Soriana permite al usuario aprovechar el tiempo de carga mientras hace compras o descansa.
Este enfoque multiplica la visibilidad de la estación y eleva la probabilidad de uso, alineando eficiencia operativa con conveniencia para el conductor.
La interoperabilidad es otro eje de la estrategia de FAZT. En la actualidad, sus estaciones son compatibles con los estándares NACS (Tesla) y GB/T (vehículos chinos), y están evaluando la integración de CCS1, ampliamente utilizado en América del Norte.
«El objetivo es claro: sin importar la marca o el modelo del vehículo, todos deben poder cargar en una estación FAZT sin complicaciones», afirma el especialista.
Tecnología «a mano» para cargar los vehículos

La app de FAZT ofrece múltiples funciones a la hora de cargar vehículos eléctricos.
La aplicación móvil de FAZT permite ubicar estaciones, revisar disponibilidad en tiempo real y evaluar el servicio.
Pero su ambición va más allá: quieren convertirla en un «puente emocional» con el usuario de electromovilidad.
«Se están desarrollando nuevas funciones como inteligencia artificial en el chatbot, recomendaciones personalizadas según patrones de carga, y promociones según hábitos de conducción» revela Lara Carpio.
«La app será más que una herramienta: será un compañero digital que entiende y anticipa lo que necesita el usuario», explica.
Alianzas y una «lucha» contra la ansiedad de rango
La reciente alianza de FAZT con la Electro Movilidad Asociación (EMA) busca fomentar un ecosistema colaborativo que acelere la adopción de tecnologías limpias.
«Nuestra misión es ofrecer una red robusta y bien distribuida que dé confianza al usuario y permita un salto masivo hacia el vehículo eléctrico», señala el entrevistado.
Pero, más allá de iniciativas privadas y públicas, una de las barreras que aún debe sortear la electromovilidad en México es la llamada «ansiedad de rango». La falta de infraestructura de carga residencial también es un obstáculo técnico y económico.
«En México muchas viviendas no cuentan con instalaciones adecuadas. Por eso, la carga pública será el verdadero catalizador del cambio hacia la electromovilidad», sostiene el analista.
Lara Carpio hace hincapié en la demanda actual del usuario de vehículos eléctricos: «El foco está puesto en acelerar los tiempos de carga».
Actualmente, las estaciones FAZT de 120 kW permiten una carga promedio en 45 minutos, mientras que las SUPERFAZT de 200 kW la reducen a solo 30.
“Pero también se trata de garantizar un suministro seguro, estable y eficiente que cuide la salud de las baterías y prolongue su vida útil. Esto implica una gestión inteligente y cuidadosa de la carga, especialmente en tecnologías de carga ultrarrápida”, aclara el ingeniero.
«Nuestro objetivo es claro: que cada vez que un usuario piense en cargar su vehículo, piense en FAZT», afirma el vocero de la empresa que utiliza 100% de energía verde para alimentar sus estaciones de carga.
Y concluye: «La electromovilidad no es solo cambiar el tipo de combustible, sino generar un impacto positivo real. Cada carga cuenta para descarbonizar el transporte».