“Queremos que la gente se sienta libre de adquirir cualquier tipo de vehículo eléctrico y que tenga la capacidad de conectarlo donde sea”, indica Víctor Cervantes Verdín, encargado de despacho de la Agencia a Portal Movilidad.
Para ello, desde la dependencia buscan desarrollar la infraestructura de carga dirigida hacia el sector logístico con el fin de contribuir a electrificar rutas que luego sirvan para vehículos livianos.
¿Qué se hace por la infraestructura de carga?
En primer lugar, la agencia sostiene un trabajo conjunto con la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) en un proyecto llamado “programa de transporte sustentable”.
En el mismo, se donó un camión de carga eléctrico a empresas de última milla para que puedan probar la tecnología, los costos de operación, entre otros puntos, y detectar los beneficios de la tecnología.
A ello, se le suma la ejecución de un programa de promoción para la reducción del consumo, que suma eficiencia a la operación y a la utilización de la energía.
Además de los estímulos, en las próximas semanas, se publicará una hoja de ruta de “descarbonización de logística de última milla”.
“Allí se plasman varias estrategias y medidas para la reducción de emisiones en el transporte de carga, tecnologías limpias en vehículos de carga y un análisis de cómo, a través de nuevas tendencias e iniciativas colaborativas, se puede mejorar la logística urbana”, indica el encargado de despacho.
Y agrega: “Con esta estrategia buscamos tener 50 estaciones nuevas en la ciudad y en zonas turísticas para que la gente se anime a comprar un vehículo eléctrico”.
Desde la Agencia se interpreta que los costos de los vehículos han bajado y que inclusive existen modelos que se equiparan en precio con unidades a combustión.
En ese sentido, reconocen algunos incentivos que se brindan, como la condonación de obligaciones en el caso de reducir las emisiones de los vehículos y también la deducción del impuesto a la renta.
Sin embargo, Cervantes pone el foco en la infraestructura de carga como clave para la adopción de la tecnología.
“La falta de estaciones todavía es un factor de desconfianza para muchas personas”, asegura el funcionario. Lo que estamos buscando es que no sean estaciones que sean privativas de una marca y que se amplíe el número de cargadores rápidos”, indica el funcionario.
Y añade: “Sabemos que es un reto. Creemos que si iniciamos con un sector grande, importante, como lo es la logística, podemos apalancar obviamente también proyectos que beneficien a los pequeños usuarios”.
Desde la agencia se reconoce el impacto en la demanda que tendría esta situación, aunque se afirma que, de implementar este esquema, los usuarios pequeños se verían beneficiados de una red para los vehículos pesados.
“Con este ritmo de trabajo no es descabellado pensar que de aquí a ocho o nueve años la mitad de los vehículos nuevos sean eléctricos”, augura Cervantes.
Luego, concluye: “Apuntamos a que en un futuro de cuatro o cinco años ya exista un buen ecosistema local y buena competencia de estaciones de carga”.
Actualmente Jalisco se posiciona como el Estado con la primera ruta 100% eléctrica compuesta por 34 buses cero emisiones. A su vez, cuenta con dos sistemas BRT que movilizan a miles de personas todos los días.
Según la plataforma E Bus Radar, Guadalajara cuenta con 63 unidades eléctricas para el transporte público, entre buses a batería y trolebuses.
Y si bien existen dificultades para acceder a uno de ellos, existe demanda para la electromovilidad, según indicó Diego Monraz Villaseñor, secretario de Transporte de Jalisco y presidente de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM) a Portal Movilidad.
A pesar de ello, también indicó que es necesario que el Estado federal aporte iniciativa para motivar la adopción de la tecnología.
En ese sentido, se espera que, en las próximas semanas, puedan ser publicadas nuevas iniciativas hacia el sector por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).