Nikola Corporation, la startup que en su momento prometió revolucionar el transporte con camiones eléctricos y de hidrógeno, ha anunciado su bancarrota bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos. La empresa buscará vender sus activos tras enfrentar una combinación de baja demanda, problemas financieros y un alto consumo de efectivo.
En 2020, Nikola alcanzó un valor de mercado superior a 27 mil millones de dólares, superando incluso a Ford. Sin embargo, su desplome fue abrupto: este miércoles, su capitalización bursátil cayó un 38%, reduciéndose a apenas 50 millones de dólares.
El CEO de Nikola, Steve Girsky, reconoció que la empresa no logró mantenerse en pie frente a las adversidades del sector: «Al igual que otras compañías de vehículos eléctricos, nos hemos enfrentado a diversos factores macroeconómicos y de mercado que han afectado nuestra capacidad para operar.»
Nikola no es la única compañía en crisis dentro del sector de movilidad sustentable. Otras startups que aprovecharon el auge de inversión en la pandemia, como Fisker, Proterra y Lordstown Motors, también han terminado en quiebra, enfrentando un mercado más competitivo y con menos incentivos financieros.
Factores clave en la caída de un pionero en camiones eléctricos
El colapso de Nikola no es un caso aislado, sino el resultado de una tormenta perfecta en la industria de vehículos eléctricos, que ha enfrentado múltiples desafíos:
- Altas tasas de interés, que encarecieron el acceso a capital.
- Menor inversión en el sector, reduciendo las posibilidades de expansión.
- Crecimiento más lento de lo esperado en la adopción de vehículos eléctricos.
- Aumento de la competencia, con fabricantes consolidados como Tesla y BYD dominando el mercado.
Incluso Tesla ha resentido la desaceleración del sector, reportando en 2024 su primera caída anual en ventas, a pesar de ofrecer descuentos e incentivos para atraer compradores.
Sarah Foss, experta en reestructuración de la firma Debtwire, explicó: «Todo esto se conjuga con los desafíos operativos, el aumento de la competencia y los altos costos de la industria de vehículos eléctricos», según cita Reuters.
Los escándalos que aceleraron la crisis de Nikola
Además de problemas financieros y operativos, Nikola enfrentó un escándalo que afectó su reputación y confianza del mercado.
En 2020, poco después de salir a bolsa, la firma Hindenburg Research acusó a Nikola de fraude y de exagerar sus avances tecnológicos. Esto derivó en la renuncia y posterior juicio del fundador y entonces CEO, Trevor Milton, quien fue declarado culpable de fraude en 2022 y sentenciado a cuatro años de prisión en 2023.
Aunque Nikola negó las acusaciones, la confianza de inversores y socios comerciales se desplomó, agravando la crisis de la compañía.
En un intento por mantenerse en el mercado, Nikola intentó alejarse de los camiones eléctricos a batería y enfocarse en vehículos impulsados por hidrógeno. Sin embargo, esta estrategia no dio los resultados esperados debido a varios factores:
- Falta de infraestructura para abastecer vehículos de hidrógeno.
- Altos costos operativos, que hacían que cada camión vendido representara pérdidas de cientos de miles de dólares.
- Escepticismo del sector logístico, que no confió en la viabilidad de los camiones de hidrógeno a gran escala.
Finalmente, la empresa no logró captar suficientes clientes y su modelo de negocio se volvió insostenible.
Nikola informó que continuará operando hasta finales de marzo con actividades limitadas, enfocándose en el soporte a los camiones en circulación; el mantenimiento de su red de abastecimiento de hidrógeno y la venta de su planta en Coolidge, Arizona, que tenía capacidad para fabricar 2.400 camiones al año y que ahora será puesta a disposición del proceso de liquidación de activos.
El caso de Nikola es un ejemplo de las dificultades que enfrenta la industria de vehículos eléctricos, donde solo los fabricantes con modelos financieros sólidos y tecnología comprobada logran sobrevivir.
A medida que el sector avanza, la caída de Nikola deja una lección clara: la transición hacia la movilidad sustentable es inevitable, pero requiere innovación, confianza y un modelo de negocio sostenible para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo.