La hoja de ruta de electromovilidad para Ecuador establece que, para 2025, debe haber en circulación 1.000 camiones eléctricos ligeros de carga en circulación.
Según datos de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), entre el 2022 y lo que va del 2023, se registraron al menos seis ventas de camiones cero emisiones.
Esto quiere decir que deberían sumarse más de 300 unidades al año para llegar a la meta y que los vehículos eléctricos en este segmento representen del 3% al 5% del total.
Para los objetivos hacia 2030, aparece el lanzamiento de línea de financiamiento, donde se recomienda que los segmentos objetivos sean buses, taxis y camiones de carga.
¿En qué trabaja el Gobierno de Ecuador para aumentar el número?
Desde el Ministerio de Energía y Minas (MEM) se anunció el desarrollo de una hoja de ruta del hidrógeno verde, donde la movilidad podría ser un objetivo de aplicación.
Si bien deben definirse proridades, las posibilidades son el almacenamiento, la producción de energía o el transporte. En relación a este último, se considera al transporte pesado, siendo este “uno de los más contaminantes”.
La estrategia es acompañada por la acción de consultoría de la empresa Fichtner, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta firma fue seleccionada entre un grupo de 30 compañías concursantes.
Desde la dirección del organismo, se indicó que Ecuador tiene varios factores a favor, como recursos hídricos, una potencial demanda energética que tiende a incrementarse, puertos en el Pacífico que podrían ser las vías de exportación e incluso infraestructura que debe ser adaptada para su uso.
También ve algunos desafíos, como buscar las mejores prácticas del transporte de este producto, así como la búsqueda y capacitación de talentos.
La estrategia descrita en público cuenta con tres etapas: planeación, identificación de metas y finalmente el desarrollo de la hoja de ruta.
El proceso debería finalizar este mes, cuando podría aplicarse un plan piloto, también apoyado por el BID.
Por otro lado, agrupamientos de privados como la Asociación Ecuatoriana de la Movilidad Eléctrica (ASECMOVEL), consideran que el Gobierno no ha dado la suficiente importancia al sector.
“La relación del Gobierno con la electromovilidad no ha sido mala, pero no ha tenido la intensidad que hubiéramos querido. No se le ha dado la importancia a la transición, a pesar de que hay incentivos, metas y leyes”, afirma Esteban Albornoz, presidente de la asociación, en diálogo con Portal Movilidad.
Y añade: “Ecuador ha avanzado sustancialmente en temas legales y se ha quedado en la ejecución. Tenemos buenas leyes que incentivan el uso de la electromovilidad, incentivos tributarios importantísimos”.
En lo que refiere a vehículos eléctricos ligeros, las cifras proporcionadas por AEADE indican que, durante el 2022, se vendieron 405 vehículos eléctricos ligeros, mientras que las híbridas fueron 6.800.
Esto supuso un aumento en los eléctricos de casi un 60% con respecto al acumulado del 2021 y un 500% en relación al 2020. Por su parte, los híbridos incrementaron su acumulado sólo el 16% en comparación con el año anterior y un 280% respecto al 2020.
Cabe recordar que actualmente en Ecuador los vehículos eléctricos y su carga se encuentran exonerados del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE). Tampoco se abonan aranceles de importación.
Aún persiste un arancel equivalente a la matriculación en el segmento de los cero emisiones. En suma, según Albornoz, el precio de los eléctricos difiere en un 20% o 25% en relación a los de combustión.