Ecuador | Buses
lunes 05 de mayo de 2025
Relevamiento. 1,8% de buses son eléctricos en Quito pero potencial para escalar es concreto
Con más de 3.300 unidades en circulación, el sistema de transporte público de la capital ecuatoriana sigue dominado por el diésel. Sin embargo, la infraestructura, los costos energéticos y el marco legal apuntan a un escenario favorable para ampliar la flota de buses cero emisiones.
buses
Compartí la nota

En Quito circulan actualmente 3.354 buses, de los cuales apenas el 1,8% son eléctricos, según el relevamiento de ICLEI en el marco de la iniciativa TUMI E-Bus Mission City Network. 

Esta cifra equivale a poco más de 60 unidades propulsadas con electricidad, mientras que más del 97% del parque continúa operando con motores a diésel.

La baja adopción de buses eléctricos contrasta con las ventajas estructurales que ofrece el país para impulsar esta tecnología. 

Ecuador cuenta con un marco legal y regulatorio que favorece la transición hacia un transporte urbano de bajas emisiones. 

El Plan de Acción Climática de Quito 2020, la Ley de Eficiencia Energética y la Estrategia Nacional de Electromovilidad trazan directrices específicas que posicionan a la movilidad eléctrica como una prioridad técnica y ambiental.

Un sistema de buses aún dominado por el diésel

El dato de ICLEI revela un nivel incipiente de electrificación del transporte público. 

El número total de unidades eléctricas se corresponde, además, con la reciente incorporación de 60 trolebuses, adquiridos por el Municipio de Quito a través de un convenio con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS).

Estas unidades articuladas de 18 metros tienen capacidad para 160 pasajeros y operan con dos motores eléctricos. 

Cuentan, además, con una batería de respaldo que otorga hasta 75 kilómetros de autonomía, permitiendo continuidad operativa en caso de fallos en la infraestructura.

Una particularidad de estos vehículos es que no dependen de estaciones de carga convencionales. 

Su alimentación principal proviene de la red de catenarias ya instalada en la ciudad, lo cual reduce la necesidad de nuevas inversiones en infraestructura de carga. 

Pese a ello, se realizaron tareas de repotenciación de la red aérea y se instalaron dos estaciones de respaldo en los talleres de El Recreo.

¿Cuáles son las condiciones estructurales que habilitan el crecimiento?

Desde el punto de vista económico, la matriz energética ecuatoriana es otro factor clave. 

Con una alta participación de generación hidroeléctrica, el costo del kilovatio/hora es significativamente más bajo en comparación con otros países de la región. 

Esta situación mejora la rentabilidad a largo plazo de las flotas eléctricas y reduce el costo operativo por kilómetro recorrido.

En términos ambientales, la electrificación del transporte público permitiría avanzar en la reducción de emisiones contaminantes. 

Quito presenta condiciones topográficas complejas y concentra una alta densidad vehicular en áreas urbanas. 

La conversión del parque automotor a tecnologías limpias contribuiría a mejorar los niveles de calidad del aire y disminuir la huella de carbono del sector transporte.

Integración con otros modos sostenibles

El despliegue de buses eléctricos puede articularse con otras formas de movilidad sustentable. La implementación de corredores exclusivos, infraestructura ciclista y zonas peatonales podría potenciar un sistema multimodal eficiente, menos contaminante y más accesible para los usuarios.

El desarrollo de infraestructura de carga, además, puede aprovechar instalaciones existentes como patios de buses, terminales y estaciones de mantenimiento. Esto habilita una planificación escalonada que combine trolebuses, buses eléctricos a batería y otras tecnologías de cero emisiones.

Barreras económicas y de gobernanza

Entre los principales desafíos se encuentra la inversión inicial.

Los buses eléctricos presentan un costo de adquisición superior respecto a los de combustión interna, lo que limita su incorporación por parte de operadores privados. 

Además, el despliegue de infraestructura de carga sigue representando una carga económica considerable para los gobiernos locales.

Otro obstáculo es la articulación entre el sector público y privado

El sistema de transporte en Quito cuenta con múltiples operadores, lo que complejiza la integración de nuevas flotas eléctricas. 

Las diferencias en los modelos de gestión, la falta de estandarización tecnológica y la necesidad de acuerdos tarifarios representan desafíos administrativos y técnicos.

La continuidad de las políticas públicas también es un factor clave. 

Si bien existen instrumentos normativos a nivel nacional y local, su implementación fue discontinua y no siempre se ha reflejado en planes de acción sostenidos. 

La voluntad política y la asignación de recursos serán determinantes para sostener una transición tecnológica efectiva.

Evolución del mercado de buses en Ecuador

De acuerdo con los datos de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), en marzo de 2025 se vendieron 86 unidades de buses en todo el país.

Esta cifra representa un crecimiento respecto a marzo del año anterior, cuando se registraron 56 ventas.

Las estadísticas muestran que las marcas con mayor participación en el mercado son Hino (50%) y Jac (4,5%). 

La baja penetración de fabricantes con oferta eléctrica revela una brecha de mercado que aún debe ser cubierta por actores con soluciones competitivas.

En este sentido, la compra de 60 trolebuses por parte de Quito podría representar un punto de inflexión. No solo por el volumen de la operación, sino también por el tipo de tecnología adoptada y la colaboración con organismos internacionales, lo que puede servir de modelo replicable para otras ciudades.

Destacados.

advanced-floating-content-close-btn