En América Latina hay más de seis mil buses en operación y, en ese contexto, hay un paso clave para lograr su optimización: los proyectos pilotos.
¿En dónde radica su importancia? A grandes rasgos, permiten evaluar la viabilidad técnica, económica y operativa de la electrificación en diversos entornos urbanos, generando aprendizajes que allanan el camino hacia una adopción masiva.
En la región, Colombia se destaca como pionera. Es uno de los países con mas buses eléctricos por fuera de China, junto con Chile.
Medellín, puntualmente, es un ejemplo de cómo estos ensayos pueden transformar la movilidad urbana.
Según un informe elaborado por Carlos Bueno y Óscar Delgado para el International Council on Clean Transportation (ICCT), los proyectos piloto de buses eléctricos ofrecen grandes beneficios.
Estos van desde la reducción de emisiones contaminantes hasta la mejora en la calidad del servicio, pasando por la optimización de costos operativos a largo plazo.
Además, permiten identificar desafíos relacionados con la infraestructura de carga, el rendimiento de las unidades en distintos terrenos y climas, y los requerimientos de mantenimiento.
El caso de Medellín: creación de un Fondo para financiar buses eléctricos
En Medellín, la implementación de buses eléctricos se enmarca dentro de un plan integral que busca convertir a la ciudad en un referente de movilidad sostenible.
La Alcaldía de Medellín, en diálogo con Mobility Portal Latinomaérica, anunció la creación de un fondo destinado a financiar la adquisición de buses eléctricos.
“El nuevo fondo que se está estructurando busca apalancar la inversión en infraestructura de transporte y la renovación de la flota con fuentes de financiación definidas en el Plan Nacional de Desarrollo”, explica Mateo González Benítez, secretario de Movilidad de la Alcaldía de Medellín.
Según información brindada, este fondo representa un esfuerzo por garantizar que la transición sea financieramente viable tanto para operadores como para ciudadanos.
Diseñado como una herramienta flexible, busca ofrecer incentivos económicos y líneas de crédito con tasas preferenciales para empresas de transporte público que deseen renovar sus flotas con buses eléctricos.
Esta iniciativa se complementa con el apoyo técnico para la planificación de rutas y la infraestructura necesaria, como estaciones de carga estratégicamente ubicadas.
Actualmente, el sistema de transporte complementario en Medellín incluye 38 empresas que operan un total de 2.915 buses, que funcionan con Diesel. De esos, 1.683 son tecnología Euro III o inferior.
“Nuestro objetivo es que toda la flota se transforme a vehículos eléctricos. Sin embargo, primero debemos resolver algunos retos clave para garantizar que la transición sea sostenible y responsable”, expresa.
Para resolver esos desafíos, entran en juego las nuevas fuentes de financiación, que se espera que estén reguladas en el primer trimestre de 2025.
“Estamos proponiendo la creación de un Fondo Especial para el transporte, con diversas alternativas de financiación”, adelanta sobre las iniciativas contempladas en el Plan Nacional de Desarrollo.
“El objetivo es que tanto la inversión en infraestructura como en la flota sea realizada por el con dicho fondo, mientras que las empresas de transporte se encarguen de operar el sistema colectivo”, suma.
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Pilotos de buses eléctricos en Medellín: un modelo a seguir
Entre febrero y mayo de 2023, la ciudad implementó implementó dos proyectos piloto de buses eléctricos en su sistema de transporte público.
Estas pruebas, llevadas a cabo bajo la supervisión del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT) y la iniciativa Zero Emission Bus Rapid-deployment Accelerator (ZEBRA), tuvieron lugar en rutas barriales del sector nororiental, operadas por las empresas Flota Nueva Villa (FNV) y Expreso Campo Valdés (ECV).
El objetivo de estos pilotos fue analizar la viabilidad operativa y económica de la electrificación en rutas que presentan desafíos, como pendientes de hasta el 25% y longitudes de 12 a 14 km.
Esto permitió evaluar cómo las tecnologías de buses eléctricos se desempeñan en contextos urbanos complejos y poco favorables, característicos de muchas ciudades de América Latina.
¿La clave? Un enfoque integral
El desarrollo de esta iniciativa abarcó una gama completa de actividades necesarias para operar buses eléctricos de manera eficiente.
En términos de infraestructura, se aseguró la disponibilidad de electricidad y se instaló un cargador específico para los vehículos.
También se realizaron pruebas de campo para garantizar el rendimiento de la flota en condiciones reales y se capacitó a los conductores en técnicas de conducción óptimas para maximizar la eficiencia energética de los buses eléctricos.
Además, se desarrollaron planes operativos para garantizar que los vehículos pudieran completar las rutas seleccionadas sin contratiempos.
Los resultados demostraron que los buses eléctricos no solo cumplían con las expectativas, sino que operaban de manera confiable, incluso en terrenos con pendientes pronunciadas.
¿Cuáles son las 3 lecciones que se aprendieron?
- Tecnología:
Los resultados validaron aspectos como la capacidad de las baterías, la potencia requerida de los vehículos y el diseño de las carrocerías, así como los costos reales de operación y mantenimiento. En cuanto al sistema de carga, los pilotos ayudaron a identificar el tipo y la potencia de cargadores necesarios, asegurando que las operaciones se ajustaran a la programación de los despachos. - Organización:
Durante los pilotos, se identificaron brechas en habilidades, personal y sistemas de gestión necesarios para garantizar operaciones exitosas. Esto permitió a las empresas implementar programas de capacitación y ajustar sus estructuras organizativas para incorporar la tecnología eléctrica de manera efectiva. - Regulación:
Los pilotos sirvieron para identificar homologaciones, permisos y ajustes contractuales necesarios para implementar los proyectos de buses eléctricos. Este análisis ayudó a mitigar riesgos regulatorios que podrían haber retrasado o inviabilizado los planes, estableciendo una hoja de ruta clara para futuros despliegues.