El Congreso de Brasil ha dado un paso decisivo para la organización de su ecosistema de electromovilidad con la aprobación del Frente Parlamentario Mixto por la Electromovilidad.
Esta nueva bancada legislativa, compuesta por senadores y diputados, se establece como una plataforma estratégica diseñada para acelerar el desarrollo de políticas públicas y un marco regulatorio robusto, en un momento en que el mercado brasileño experimenta un crecimiento sin precedentes.
La medida responde a una demanda histórica de la industria y busca alinear los esfuerzos del sector público y privado para consolidar a Brasil como un actor central en la transición energética del transporte a nivel global.
Un mercado en aceleración que exige un nuevo marco político
La creación de este frente se produce en un contexto de expansión exponencial del mercado de vehículos electrificados en Brasil.

El público brasileño gana confianza en la red de recarga para sus autos eléctricos.
Según datos de la Associação Brasileira do Veículo Elétrico (ABVE), el país cerró los primeros cinco meses de 2025 con más de 70.000 unidades vendidas, un crecimiento superior al 150% en comparación con el mismo período de 2024.
La flota total de vehículos ligeros electrificados en circulación ya supera las 300.000 unidades.
Este dinamismo, sin embargo, ha puesto en evidencia la urgencia de contar con un marco político y regulatorio que acompañe y ordene dicho crecimiento de la electromovilidad.
La infraestructura de carga, aunque en expansión, sigue presentando una fuerte concentración geográfica en las regiones sur y sudeste, lo que representa una barrera para la masificación a nivel nacional.
Voces que impulsan la agenda de electromovilidad
Desde el poder legislativo, los impulsores de la medida señalan la necesidad de una acción coordinada para que Brasil no pierda terreno en el escenario global.
El senador Rodrigo Cunha, uno de los proponentes, destacó el rol transformador de la electromovilidad para los centros urbanos.
Según publica el portal CanalSolar, Cunha afirmó que esta tecnología es una «herramienta crucial para cambiar la caótica realidad de las ciudades», al ser una alternativa «económica, rápida y no contaminante».
Por su parte, el senador Izalci Lucas advirtió sobre el ritmo de la transición en el país.
«Brasil se está quedando atrás en este debate», sentenció, subrayando la importancia de que el Congreso asuma un rol activo para alinear al país con las tendencias mundiales.
Adalberto Maluf, Secretario Nacional de Medio Ambiente Urbano y Calidad Ambiental, sostuvo: «Finalmente, [la decisión] integra al Congreso Nacional en el debate global sobre la descarbonización del transporte y las energías renovables», comentó Maluf.
Para la industria de la electromovilidad, este frente es la pieza que faltaba para asegurar que las discusiones técnicas y las necesidades del mercado se traduzcan en leyes efectivas y políticas de estado a largo plazo.
Los objetivos concretos del frente parlamentario
El trabajo de la nueva bancada se centrará en articular una agenda legislativa con metas claras hacia la consolidación de la electromovilidad. Entre sus principales focos de acción se encuentran:
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Impulso a un marco regulatorio integral: Promover leyes que brinden seguridad jurídica a las inversiones, incluyendo incentivos fiscales para la producción local y la importación de componentes críticos.
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Coordinación con programas existentes: Articular sus iniciativas con programas federales como Mover, que incentiva la descarbonización y la innovación en la industria automotriz, para potenciar el impacto de las políticas públicas.
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Estandarización de la infraestructura: Trabajar en la creación de normativas técnicas unificadas para los puntos de carga, asegurando la interoperabilidad de la red y facilitando la experiencia del usuario en todo el territorio.
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Atracción de inversiones: Generar un ambiente de negocios predecible que fomente la llegada de capital para el desarrollo de la cadena de valor, especialmente en la producción y reciclaje de baterías.
A pesar del optimismo, el camino de la electromovilidad en Brasil enfrenta obstáculos significativos que el frente parlamentario deberá abordar con prioridad.
El principal reto sigue siendo el alto costo de adquisición de los vehículos eléctricos para el consumidor promedio, una barrera que solo puede ser mitigada con incentivos fiscales directos y opciones de financiamiento accesibles.
Otro desafío es la brecha en la infraestructura de carga. Si bien los números totales crecen, la disponibilidad de cargadores públicos en las regiones norte, noreste y centro-oeste es todavía incipiente, lo que limita la adopción de vehículos 100% eléctricos fuera de los grandes ejes urbanos.