España se ha sumergido en una intensa transición tecnológica y ecológica que ha sometido a que las ciudades opten por la promoción de un transporte público más sostenible.
En este contexto, los operadores de buses han comenzado a responder a las limitaciones impuestas por la Unión Europea y el Gobierno Central para descarbonizar sus operaciones, pero se han enfrentado a diversos obstáculos.
Frente a esto, Valentín Alonso, Director General de Avanza en diálogo exclusivo con Portal Movilidad España, explica que el primer gran problema es que hay una amplia variedad de tecnologías, pero que hasta el momento “ninguna es perfecta”.
Por un lado, se destaca el problema de las autonomías de los autobuses eléctricos. La capacidad de las mismas no permite reemplazar la cantidad actual de unidades que hoy se desplazan por las ciudades.
“Si mañana quisiéramos sustituir esos autobuses por eléctricos, no podríamos dar el servicio completamente porque no da el número de horas por las recargas”, sostiene al respecto Alonso.
Por ello, explica que hay otra alternativa, que es la de añadir más unidades.
Para esto, en casos como Zaragoza, donde se cuentan con 350, se debería pasar a unas 500 en total, para poder prestar el servicio con normalidad, sin que se vea afectado por el tiempo de las recargas. Lo cual, no resultaría una opción ambientalmente o económicamente sostenible.
Actualmente, se está trabajando es en incrementar la autonomía de los autobuses eléctricos, pero la realidad es que es incierto determinar hasta dónde se va a llegar.
Por ello mismo, desde Avanza consideran incierta la posibilidad de que estos modelos lleguen a brindar servicios en las zonas conurbanas por la falta de infraestructura que se registra en aquellos puntos.
En este sentido, el representante admite: “La electrificación suena muy bonita, pero no es completamente factible en estos momentos”.
Valor del Hidrógeno verde
Según sugiere el director general de Avanza, “es muy posible que el hidrógeno verde sea la salida, por qué porque tiene mucha más capacidad de autonomía que en un autobús eléctrico”.
Pese a esto, se adelanta y advierte el hecho de que se trata de una tecnología realmente costosa y que, además, todavía no se dispone de una “adecuada distribución”.
Teniendo en cuenta todos estos factores, apunta: “Si me permitieran opinar, diría que en 10 años se genera un mix de tecnologías”.
Según las especulaciones de Valentín Alonso, en los centros de las ciudades reinarán los buses eléctricos, mientras que las zonas más alejadas predominarán tanto la propulsión hibrida como el H2.
¿Los fondos son suficientes?
Al hablar de los fondos destinados para subvencionar la compra de autobuses de cero y bajas emisiones, los operadores caen en un lugar común: los mismos no son suficientes.
Desde otra óptica, en Avanza consideran que con el paso del tiempo los altos costes se van a ir equiparando.
“Cuando hay una tecnología tienes que mirar, por supuesto, el coste inicial de la inversión, pero luego tienes ver que costes va a tener durante toda su vida, desde mantenimiento hasta el consumo”, tiene en cuenta en este marco.
Por ello, ven que a medida que se avanza las baterías y la rentabilidad mejora, cómo también se ve una mayor fiabilidad en los vehículos que están adquiriendo.
Es así que apuestan a que promover un cambio de tecnológico a un sistema sostenible, pero que debe ser “claramente impulsado por las subvenciones”.
No solo en la compra de nuevos autobuses, sino que también para el despliegue de las infraestructuras, lo cual incluye desde el desarrollo de la red eléctrica hasta las modificaciones de las cocheras.