El transporte pesado se encuentra como uno de los más complicados de descarbonizar por sus soluciones de alto coste o por su dificultad para ser electrificado.

Las asociaciones dedicadas a este tipo de transporte lo ven con «complejidad y un camino difícil», pero pretenden buscar que el resultado final sea la reducción de emisiones como lo marcan las normativas europeas.

Así se manifiesta el Director General de Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC), Ramón Valdivia, en un webinar organizado por Transport&Environment y dedicado a la discusión sobre el futuro del transporte de mercancías por carretera.

Y es que, a su juicio, las fechas límites fijadas por las autoridades «están ya aquí».

El representante de ASTIC asegurada que “hace 100 años a nadie se le ocurría poner fechas límites a ninguna forma de propulsión”.

Valdivia también destaca las dificultades que encuentran las empresas en el camino hacia la descarbonización, con un sector muy atomizado y un parque rodante de los más anticuados de Europa.

Esta visión es enfrentada por Isabel Gómez, analista senior en Prospectiva Energética de Iberdrola y ponente del mismo webinar, quien ha dicho que “hace 100 años no existía una emergencia climática”.

Más allá de esta confrontación, desde ASTIC manifiestan estar a favor de la competencia y la necesidad de huir del dirigismo para alcanzar los ambiciosos objetivos interpuestos.

«La decisión está tomada y seguramente se seguirá avanzando para investigar más y en ofrecer soluciones mucho más económicas para hacer la labor que hacemos para la sociedad», comenta el director general.

“El 2030 ya está aquí”, añade Valdivia, en referencia a la velocidad con la que se están produciendo los cambios en el sector del transporte.

Conclusiones del informe

Por otra parte, antes de la celebración de la mesa redonda donde tuvo actuación Valdivia, Jon Stenning, director asociado de Cambridge Econometrics, ha presentado los resultados del Informe “Transporte por de mercancías por carretera sin emisiones de carbono en España”.

Las conclusiones de este han girado en torno a la progresiva sustitución de los vehículos de combustión por otros de emisiones cero como los de batería eléctrica e hidrógeno.

Se espera que para 2025 los nuevos modelos sean económicamente más competitivos con una reducción sustancial de los Costes Totales de Propiedad, pese a que aún cuenten con un precio de compra mayor.

Además, el informe destaca la necesidad de desplegar una infraestructura adecuada para llevar a cabo la transición, lo que según Stenning estaría determinado por distintos desafíos tecnológicos y políticos.

Por último, ha expresado la necesidad de seguir prestando atención a la evolución de los precios futuros del combustible, especialmente el hidrogeno y otros de bajo contenido en CO2.