La transición hacia estaciones de servicios con cargadores para vehículos eléctricos no es un simple cambio de infraestructura, sino una transformación del modelo de negocio de las estaciones. 

Las experiencias de países como Uruguay, narrada por Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), brindan pistas sobre el camino a seguir, aunque Argentina se enfrenta a su propio conjunto de desafíos.

La clave aquí es la coexistencia de diferentes fuentes de energía, un concepto que, según él, será la norma en las próximas décadas.

El ejecutivo destaca en el “Monitor Movilidad Eléctrica para América Latina y el Caribe”, organizado por OLADE, que en Uruguay, esta transformación ya está en marcha. “La primera gran red de cargadores eléctricos de ese país se dio en estaciones de servicio”, señala. 

En Argentina, la historia es distinta. El país aún está rezagado en términos de movilidad eléctrica. 

Mientras otros países de la región, como Costa Rica, avanzan con un crecimiento considerable de vehículos eléctricos, Argentina lucha por establecer una política clara que impulse esta transición. 

Rebolledo subraya que la clave radica en el desarrollo de una red de cargadores lo más abarcativa posible, impulsada por regulaciones que faciliten la transformación de las estaciones de servicio para vender diferentes energéticos.

A pesar del retraso argentino, la mirada hacia 2030 es optimista. En este marco, el experto menciona que, si se mantiene la tendencia actual de crecimiento en América Latina, es probable que hacia esa fecha se pueda observar un cambio importante en la estructura de las estaciones de servicio, con una presencia notable de cargadores eléctricos. 

“Proyectamos que hacia 2030, si no media ningún factor externo, Argentina verá un avance considerable en la movilidad eléctrica”, afirma.

Sin embargo, la ruta hacia este escenario no está exenta de obstáculos. El secretario de OLADE insiste en que es fundamental contar con normativas que garanticen la seguridad de los cargadores, pero que también permitan la adaptabilidad de las estaciones de servicio. 

En Europa y China, los modelos de infraestructura ya están más avanzados, con electrolineras que exclusivamente ofrecen electricidad. Si bien Argentina aún no está en ese nivel, Rebolledo destaca que el país no está tan mal posicionado en términos de cantidad de cargadores en relación con los vehículos eléctricos circulando. 

En este punto, el especialista señala: “Argentina está en quinto lugar en la región en este aspecto”.

De esta manera, la llegada de esta nueva era energética en Argentina dependerá, en gran medida, de la voluntad política y de la capacidad del país para adaptarse a los nuevos modelos de movilidad. 

Así, las estaciones de servicio, que hoy en su mayoría solo venden gasolina, tendrán que evolucionar hacia un modelo más diversificado que incluya electricidad e incluso hidrógeno. 

Y aunque hoy en día los surtidores siguen siendo mayoría, el futuro, al menos en la visión de Rebolledo, apunta hacia una convivencia entre las distintas fuentes de energía. 

¿Cómo viene la venta de vehículos eléctricos en Argentina?

Con más de 100 unidades patentadas en solo unos meses, el Kwid eléctrico ($USD 29.667) captura la atención de los consumidores argentinos que buscan una alternativa accesible y eficiente en la transición hacia las cero emisiones.

Un dato no menor es que durante el primer semestre del año, se patentaron en Argentina 6.169 vehículos con motorización alternativa (híbridos y eléctricos puros), lo que representa un aumento del 32,7% en comparación con el mismo período del año anterior. 

Es allí que el Kwid E-Tech logró destacarse, no solo por su precio competitivo, sino también por su autonomía y facilidad de uso, características esenciales para los consumidores argentinos que consideran dar el salto a la movilidad eléctrica.

El Kwid E-Tech en Argentina

“Así como en su momento buscamos democratizar el 4×4 con Duster, hoy estamos democratizando el acceso a la movilidad sostenible”, decía recientemente Pablo Sibilla, presidente y director general de Renault Argentina.

Este modelo fue adquirido especialmente en las áreas urbanas del país, como Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde la demanda de vehículos eléctricos está en crecimiento, así como las políticas públicas que impulsa el Gobierno local. 

Los híbridos siguen a la cabeza en Argentina

Aunque, por ahora, el mercado de vehículos con motorización alternativa en el país sigue dominado por los híbridos (HEV), con un parque circulante de aproximadamente 36.400 unidades, del cual casi el 90% son con esta tecnología.

En este sentido, marcas como Nissan, Mercedes-Benz y Toyota también mostraron un sólido desempeño en el primer semestre de 2024, pero es la incursión del Kwid eléctrico lo que llama la atención, marcando un punto de inflexión.

Es que rápidamente desplazó a su competencia, el Tito de Coradir ($USD 16.232), un compacto que ofrece opciones de personalización como autonomía extendida y aire acondicionado.

Para traducirlo en números, durante el primer semestre de este año se vendieron 102 unidades del modelo de Renault y 72 del de Coradir. En comparación, en el mismo período de 2023, se comercializaron 104 unidades del modelo Tito.

Lo cierto es que la apuesta de Renault no solo por el Kwid, sino también por el Megane eléctrico refleja una estrategia de la marca francesa para posicionarse como cabecilla en un mercado que, si bien está dando sus primeros pasos, intenta impulsar la electromovilidad.

En este escenario, es posible que dicho modelo se consolide aún más en los meses por venir para convertirse en un referente indiscutible en el segmento de los eléctricos puros en Argentina.