Durante setiembre del 2022, el Municipio Provincial de Arequipa (MPA) anunció su plan para implementar una flota de buses eléctricos que brinden el servicio de transporte público de pasajeros en la ciudad.
El proyecto –que prometía reducir el gasto energético y la contaminación ambiental– llegó a etapa de prueba y –durante una semana– dos buses recorrieron las calles de Arequipa. No obstante, hoy, más de un año después, el proyecto parece abandonado.
La anterior gestión encargada de la subgerencia de Transporte y Circulación Vial, encabezada por el exgerente Luis Miguel Carpio Mamani, planificó que la flota de 114 buses eléctricos –adscritos al Sistema Integrado de Transporte (SIT)– recorriera las calles de Arequipa y conectase el Cono Norte con Socabaya.
Dichos vehículos, de 12 metros de largo y con capacidad de 80 pasajeros, no usarían petróleo ni emitirían CO2; por lo que reduciría más de 12 mil toneladas de dichas emisiones anualmente.
«La iniciativa estaba liderada por el Municipio Provincial de Arequipa. Hasta donde sé, quedó en stand by, lo cual es preocupante por el tiempo transcurrido. Ya debería haberse viabilizado», sostuvo el ingeniero de Seal, Jhonwert Retamozo.
Todas las empresas eléctricas del Perú, incluida Seal, tienen la infraestructura para atender la electromovilidad a corto y largo plazo.
Según indica Diario El Pueblo, para culminar de implementarse, era necesaria la aprobación de un informe técnico enviado a la Contraloría y al Ministerio Economía y Finanzas (MEF).
La primera entidad no presentó ninguna observación, pero el MEF requirió más precisiones para aprobar lo implementado. Mismas que, pese al tiempo transcurrido, no fueron enviadas. De modo que el proyecto de buses eléctricos en Arequipa quedó relegado.
Para el exgerente de transporte de la MPA, Luis Miguel Carpio Mamani, la actual gestión no tiene la capacidad técnica para darle continuidad al proyecto. Aun cuando las pruebas piloto resultaron exitosas y todo se dejó encaminado para una aprobación final.
«Creo que tuvieron el tiempo suficiente para levantar las solicitudes y precisiones del MEF. Porque –más que observaciones– lo que debía hacerse era aclararse puntos. No exigieron estudios o algo con lo que no se contase», refirió el exgerente.