“Si no se establecen algunos incentivos, como se hace en otros países, difícilmente podamos transitar hacia la movilidad eléctrica en México”, sostiene Leonardo Gómez Vargas, presidente ejecutivo de la asociación.

El referente expresa que “hay muchas cosas que no dependen del transportista ni del oferente de los vehículos” y que “el Gobierno también tiene gran parte de valor en este ejercicio”

“Nosotros, como usuarios de transporte de carga, queremos trabajar conjuntamente para establecer un punto de referencia para la renovación del parque vehicular y transitar hacia la electromovilidad”, sentencia el jerarca.

Cabe destacar que el sector de transporte pesado busca modernizar la flota ya que, según la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT), el promedio de edad del parque es de 23 años. 

Dentro de ese rango, existen vehículos pesados en circulación que cuentan con más de 40 años de uso.

“México es el exportador número uno, a nivel mundial, de tractocamiones. El cuarto de vehículos de carga, el quinto de vehículos de carga y el octavo productor de autobuses”, afirma Alejandro Osorio Carranza, encargado de comunicación de ANPACT. 

Y suma: “Los vehículos que producimos están en las principales capitales del mundo. Habría que preguntarse qué pasa cuando vemos vehículos chatarra en nuestras calles”.  

Para virar hacia la electromovilidad, desde ANTP, se considera que primero debería incursionarse en la renovación con tecnologías más limpias, como el Euro 6. 

Este energético disminuiría la polución en una relación de veinte a uno con respecto a los vehículos más antiguos. 

Además de los incentivos, ¿qué pasos podrían darse para la transición vehicular? 

“Hay que hacer un programa piloto para ver qué vehiculo es el que más conviene en términos de desempeño. No todos los vehículos de electromovilidad se prestan para todas las rutas”, indica Gómez Vargas.

Desde el gremio perciben que un vehículo eléctrico es tres veces mayor a uno convencional, aunque también “hay que hacer el ejercicio de incluir el costo de mantenimiento en el total”.  

“No es sólo una inversión en el vehículo sino en la infraestructura de carga y la bajada de energía por parte de la CFE. El 100% de la inversión está siendo absorbido por la industria”, explica.  

Y amplían: “Vamos a llegar a ello, va a ser lento. Pero debemos buscar el apoyo de los gobiernos, con una política pública abierta que permita ir transitando hacia las energías limpias en el sector”.

Por otro lado, esta rama del transporte no descarta incorporar vehículos a hidrógeno. 

“El día de mañana podemos pensar en ellos. Estamos inmersos en eso, en buscar las mejores opciones que hay en el mundo”, sostiene su presidente. 

Al respecto de este último energético, la consultora Hinicio afirmó a Portal Movilidad que un tercio de la flota podría ser a hidrógeno en 2050.

“Tienen una condición súper atractiva, que es el nivel de actividad”, indica Pilar Henríquez, Mobility and Strategy Consulting en Hinicio.

La afirmación se fundamenta en que los camiones de carga pesada en México están circulando, en general, alrededor de 160.000 km al año.

Según la experta, esto apalanca muy bien el costo total de propiedad con las proyecciones del energético.

También la disponibilidad de recursos que tiene México en términos eólicos y solares impactan en el costo del hidrógeno y su producción, lo cual aumenta la probabilidad de su aplicación en el sector transporte.