El Automovil Club del Ecuador, Aneta, tiene un proyecto conformado en torno a la promoción de la movilidad sostenible en el país. Sus miembros tienen a su alcance cursos en las escuelas de conducción, estaciones de servicio, talleres y paquetería.
No obstante, también se involucró en la presentación del proyecto de ley de fomento a la movilidad sostenible y desarrollo de la electromovilidad que actualmente está en debate en la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea.
En paralelo participan del desarrollo del Plan Estratégico de Electromovilidad para el Ecuador que es financiado con fondos del Bando Interamericano de Desarrollo.
En torno a esto, Ana Davila, gerente de departamento de movilidad sustentable de Aneta Automóvil Club de Ecuador, comenta a Portal Movilidad: “Notamos que todos los esfuerzos estaban desarticulados, por ejemplo, cuesta que las empresas inviertan porque no hay una normativa clara. Así como tampoco está establecido qué se hará con las baterías cuando lleguen al fin de su vida útil”.
Se considera que un punto de quiebre será en momento en que se decida cómo será la matriculación, concretar incentivos financieros y no financieros, especialmente en transporte público, el reciclaje de baterías y la estandarización de la tecnología.
“En el corto plazo debe existir la introducción de la tecnología eléctrica en el transporte público y en la movilidad unipersonal como bicicletas eléctricas. A largo plazo electrificar las flotas de taxis, paqueterías y que la red de carga facilite la conectividad entre las provincias”, explica.
Respecto al rol de la educación a la ciudadanía menciona que se involucraron fuertemente debido a los mitos creados en torno a los vehículos eléctricos en las Islas Galápagos.
La entidad tiene ocho Nissan Leaf en su flota con el objetivo de poner a disposición 24 unidades más para tener uno en cada una de sus 32 escuelas distribuidas por el país.
“Hace años en las Islas Galápagos entraron los vehículos eléctricos, pero se crearon muchos mitos en torno a eso como que no tenían la potencia y velocidad suficiente para las pendientes, que eran un carro de golf. En ese punto entramos a mostrar la tecnología”, indica Davila.
Es por esto que se puso en marcha un proyecto con el BID de transformación del transporte terrestre en las Islas Galápagos para comenzar la transición a movilidad eléctrica. Ya finalizó y al momento se busca financiamiento para concretarlo.
Adicionalmente, en los primeros meses del próximo año comenzará a circular un piloto de bus eléctrico al cual se le brindará apoyo en el modelo de gestión de rutas, infraestructura de carga y operación.