México está listo para producir autos eléctricos e híbridos en masa y venderlos a los mercados, ya que posee plantas de las armadoras más importantes del mundo, así como conocimiento y mano de obra calificada, asegura José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Sin embargo, el representante empresarial acepta que para caminar en esa dirección hace falta introducir en el país la infraestructura necesaria para facilitar la circulación de los vehículos eléctricos, como la instalación de electrolineras en las ciudades y caminos del país.
Actualmente, en territorio nacional existen 23 plantas manufactureras pertenecientes a 12 compañías armadoras.
Asimismo, José Zozaya comenta que las autoridades mexicanas deben considerar un mejor marco regulatorio para el sector, en aras de fortalecer la competitividad de las empresas armadoras instaladas en el país, en comparación con otros países, para así atraer nuevas inversiones.
“México está sobrerregulado, debemos trabajar con el gobierno en diferentes niveles en orden de comunicar apropiadamente qué es necesario regular y que puede flexibilizarse (…) Pienso que la industria automotriz tiene que seguir siendo uno de los principales motores de la economía mexicana”, menciona José Zozaya en una videoconferencia para abordar las perspectivas de la industria automotriz.
A principios de noviembre, Ford comenzó a producir el SUV Mach-E, el primer vehículo eléctrico que produce la compañía en el país, en su planta de Cuautitlán, lo que se considera un hito para el sector, debido a los paros de actividades de este año con motivo de la pandemia del Covid-19 y también la política industrial de Estados Unidos que ha insistido en atraer inversiones automotrices a su territorio.
En tanto, Guido Vildozo, gerente de Pronósticos para la industria de vehículos ligeros de la consultora internacional IHS-Markit, coincide que si bien México tiene capacidades productivas para armar vehículos eléctricos e híbridos, todavía existen aspectos que considerar como la investigación y desarrollo.
“México se ha distinguido por ser un país manufacturero, pero el desarrollo de vehículos eléctricos, híbridos y autónomos requieren de fuertes inversiones en investigación y desarrollo y eso es lo que le hace falta al país en comparación con otros países productores como sus socios comerciales de América del Norte, Estados Unidos y Canadá, y de Europa (…); así que habrá que impulsar la investigación y desarrollo y capacitar al personal hacia las especialidades que requiere la industria”, explica el experto.
Según pronósticos que IHS-Markit ha compartido anteriormente, dentro de cinco años México puede producir cerca de 1 millón de autos eléctricos al año.
Por caso, ambos destacaron que es necesario incentivar la venta de autos en el mercado interno, ya que el grueso de la producción de vehículos ligeros en el país se destina a los mercados de exportación.
No obstante, Guido Vildozo afirma que una política que pueden considerar las autoridades mexicanas consiste en otorgar subsidios a los consumidores para adquirir autos nuevos, sobre todo los menos contaminantes, o bien hacer lo necesario para hacer más flexibles y asequibles los créditos automotores.
Asimismo, reconoce que durante los últimos años, los vehículos ligeros compactos han sido de los más comprados por la población, pero ante las fluctuaciones de la inflación y del tipo de cambio, en general ya no existen vehículos ligeros de menos de 200,000 pesos, precio que ya no puede ser absorbido por la mayoría de los consumidores.
Así lo informa el medio local Marco A. Mares en función de un webinar realizado por los especialistas.