La Asociación Latinoamericana de Movilidad Sostenible (ALAMOS) presenta un documento que aporta “una visión preliminar sobre cuál es la situación en Latinoamérica de las actividades de conversión, partiendo de la visión y experiencia de cada asociación nacional integrante, así como las posibles ventajas e inconvenientes desde la perspectiva y peculiaridades de cada país”.
En ese sentido, las conclusiones pretenden ser un punto de partida para una Hoja de Ruta a fin de seguir profundizando los ejes esenciales para un desarrollo eficiente y seguro del retrofit en la región.
En contacto con Portal Movilidad, Andrés Barentin, vicepresidente de ALAMOS, explica: “Queremos alinear las bases para que las distintas asociaciones de cada país puedan llevar fundamentos a sus respectivas autoridades de Gobierno o al mercado en general”.
“Todos hablamos de convenciones, pero nadie tenía claridad sobre la situación de cada país. Fue llevar una discusión que era un poco más ideológica a una discusión con hechos. Como institución nos interesa que haya una posición con argumentos técnicos”, sostiene.
Respecto a lo relavado, destaca que “a pesar de no haber un ambiente propicio para las conversiones se están realizando de igual modo”.
“El retrofit se abre paso solo, hay emprendedores que encontraron la manera de superar las barreras, eso es muy positivo”, afirma Barentin.
Por ejemplo, en Chile no se acepta desde el lado normativo y a pesar de eso hay empresas que realizan conversiones de manera exitosa y otras que están en pleno desarrollo de sus plantas.
En tanto a lo negativo, “va en la línea sobre reacción lenta de las autoridades”. Para el vicepresidente de ALAMOS “todavía hay un lobby instalado por parte de las automotrices para mantener un status quo en el retrofit porque es un acelerador para la movilidad sostenible”.
“Si el vehículo ya se amortizó y se le cambia el tren motriz es mucho menos costoso y las importadoras quieren que se compren unidades nuevas. Por eso se escuchan argumentos como que es inseguro”, refiere.
En ese orden de ideas, apunta que el hecho de que no haya una normativa establecida hace que surjan conversiones que sí son inseguras porque no están bien realizadas y eso perjudica a la movilidad eléctrica en general.
Sobre la posibilidad de generar incentivos destinados puntualmente a las conversiones opina: “Debe haber incentivos a la movilidad eléctrica. El retrofit es el puente entre los vehículos eléctricos y los fósiles, en ese sentido si las autoridades avanzan como deberían que es considerando la emergencia climática y la necesidad de establecer una economía circular, el mercado debería generar incentivos solos para el retrofit”.
Retrofit en Latinoamérica al detalle
De los países participantes – Perú, Guatemala, Argentina, Costa Rica, República Dominicana, Chile y Colombia – en ninguno existe una normativa que regule la normalización técnica del proceso de conversión.
Sin embargo, “existen antecedentes bien definidos y vigentes para la evaluación de la conformidad técnica final, como por ejemplo en el caso de Argentina (VTV) y Costa Rica (IVE). Cabe destacar que dichas verificaciones técnicas no son específicas para convertidos”.
En tanto, el informe sostiene que existen antecedentes que podrían aplicarse, como es el caso de Costa Rica, donde menciona que en el artículo 12 de la Ley de Incentivos al Transporte Eléctrico los equipos para ensamblaje y producción de vehículos eléctricos quedarán exonerados del pago total del impuesto de ventas, siempre y cuando el valor agregado nacional sea por lo menos de un veinte por ciento (20%).
También, en el artículo 11 de la misma Ley se exoneran del impuesto sobre las ventas y del impuesto selectivo de consumo los repuestos relacionados con el funcionamiento del motor eléctrico y las baterías de los vehículos eléctricos.
En el caso de Republica Dominicana, posee una ley que incentiva la movilidad eléctrica y los componentes para ello entran al país solo pagando un 50 % de los impuestos.
Vale recordar que ALAMOS se fundó en 2018 y hoy en día representa a 11 países con la participación de la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (AAVEA), Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS), Associação Brasileira dos Proprietários de Veículos Elétricos Innovadores (ABRAVEI), a Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) Perú, Asociación Gremial de Vehículos Eléctricos de Chile (AVEC), Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (ASOMOVE), Asociación de Movilidad Eléctrica Dominicana (ASOMOEDO), Asociación de Movilidad Eléctrica de Guatemala (AMEGUA), Asociación Uruguaya de Energías Renovables (AUDER), Asociación Paraguaya de Vehículos Eléctricos (APVE) y la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica y Sostenible (ASECMOVEL).
Además, están en proceso de incorporación Bolivia y México. También para el comité de observadores existen conversaciones con entidades de Estados Unidos, Canadá, España, Portugal y Andorra.