El sector automotriz en Argentina genera 205.000 empleos directos y una producción de 315.000 unidades en 2019 con una industria enfocada en la exportación con destino a Brasil y otros mercados latinoamericanos. Además, propició una inversión extranjera directa de 4.000 millones de dólares entre 2017-2020.
La Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), junto con toda la cadena de valor que incluye a la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADINRA), Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), Unión Obrera Metalúrgica (OUM), Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) y el Gobierno participan en una mesa para establecer un horizonte claro del sector.
Sobre esto, Eduardo Rastrelli, gerente de ADEFA, indica a Portal Movilidad: “Las terminales tienen una parte de la responsabilidad, el resto es de la cadena, de querer involucrarse. Hay interés en generar, a través de políticas públicas, previsibilidad y un horizonte clave para el mediano y largo plazo para concretar inversiones y desarrollo de productos”.
“El diálogo con toda la cadena, incluyendo el gobierno, es muy bueno y permanente”, menciona.
De hecho, el conjunto de asociaciones mencionadas que conforman la cadena productiva presentó un proyecto al Ministerio de Desarrollo Productivo para lograr un mercado con incentivos a los usuarios para la adquisición y uso de los vehículos eléctricos, además de la industrialización y el acompañamiento del sector energético para la distribución.
En tanto, comenta: “En Argentina, al tener una plaza industrial la normativa no puede dejar de contemplar la producción en el mediano y largo plazo, así como también generar condiciones de mercado para un amplio portfolio de productos y que sean conocidos por los usuarios y red de concesionarios”.
Desde la comisión de nuevas tecnologías de ADEFA entablan conversaciones con las jurisdicciones municipales y provinciales para promocionar las mejores prácticas para incentivar el uso de los vehículos eléctricos a fin de contemplarlo en las legislaciones.
“Algunas son de orden nacional como las impositivas, pero otras corresponden a las provincias y municipios por lo que hay que hacer un trabajo de relacionamiento y docencia desde el sector con los diferentes organismos, así como también ponernos a disposición y ayudar en la redacción de las normativas”, afirma Rastrelli.
Los fabricantes de automóviles a nivel mundial a lo largo de los años han expresado su interés en alcanzar una movilidad más sustentable, pero es un trabajo conjunto que involucra a actores nuevos como son los prestadores de servicios.
En ese punto aparece el abastecimiento de energía para la recarga de los vehículos. Al respecto, sostiene: “La distribución de energía es uno de los talones de Aquiles. Hay que verlo como un desafío, todo esto es nuevo y disruptivo, hay que empezar a trabajar”.
“Hay que pensar en las capacidades energéticas, cómo es la matriz, con qué capacidad de producción se cuenta y cómo es la distribución”, agrega.