La transición hacia la movilidad eléctrica en República Dominicana da un paso firme con el proyecto liderado por la Central Nacional de Transportistas Unificados (CNTU). 

Según confirmó William Figuereo, presidente de la CNTU, en una entrevista exclusiva con Mobility Portal Latinoamérica, se espera la incorporación de 6.000 taxis eléctricos en un periodo de tres años, iniciando en enero de 2025.

Este ambicioso proyecto busca renovar el parque vehicular con tecnología sostenible, reducir las emisiones de gases contaminantes y modernizar el servicio de transporte.

Un plan a largo plazo

El proyecto no se desarrollará de manera inmediata, sino que seguirá un cronograma escalonado.

Figuereo explica que en los primeros meses se espera la llegada de las primeras unidades, adquiridas por operadores privados en colaboración con distintas marcas automotrices, como Toyota y Nissan.

“Planeamos incorporar las unidades progresivamente hasta alcanzar las 6,000, renovando nuestra flota en un plazo de dos a tres años», destaca el dirigente.

La iniciativa también responde a la exigencia de cumplir con las inspecciones técnicas vehiculares, que serán obligatorias a partir de 2025. 

“Muchos de los taxis actuales no podrán pasar esas inspecciones, por lo que debemos adaptarnos a los nuevos estándares y modernizar el transporte», agrega.

Desafíos de infraestructura para taxis

Uno de los mayores retos identificados para la implementación de este proyecto es la infraestructura de carga.

Actualmente, la red pública de cargadores en el país es limitada y no está diseñada para una flota masiva de taxis eléctricos.

“Hoy en día, muchos conductores cargan sus vehículos en casa o en los pocos cargadores públicos disponibles. Esto funciona para unos pocos, pero con una flota más amplia, debemos pensar en patios de carga especializados,” señala Figuereo. 

La CNTU ya está evaluando terrenos y posibles socios para construir estaciones de carga con capacidad profesional, similares a las implementadas en países como Colombia, donde proyectos como TransMilenio han integrado eficientemente la movilidad eléctrica.

Según el presidente de la CNTU, será necesario contar con al menos 150 cargadores especializados para operar de manera eficiente las 6,000 unidades proyectadas. “Debemos planificar desde ahora para evitar los problemas que enfrentamos con los buses escolares eléctricos», advierte.

Impulso desde el sector privado

A diferencia de otros proyectos de movilidad eléctrica que dependen de subsidios estatales, esta iniciativa será financiada y ejecutada por el sector privado.

Los operadores de transporte han iniciado negociaciones directas con concesionarios para adquirir las unidades, mientras que la CNTU trabaja en alianzas con proveedores de infraestructura de carga.

El proyecto también contempla la diversificación de proveedores para garantizar un suministro estable de vehículos.

“Estamos en conversaciones con distintas marcas. Queremos adquirir lotes variados para fomentar la competencia y obtener mejores condiciones comerciales,” explica Figuereo.

Impacto ambiental y social

La incorporación de taxis eléctricos no solo reducirá las emisiones de carbono, sino que también mejorará la calidad del servicio de transporte. Los nuevos vehículos serán más silenciosos, eficientes y cómodos, lo que beneficiará tanto a conductores como a pasajeros.

Además, el proyecto ayudará a disminuir la dependencia de combustibles fósiles, alineándose con los compromisos ambientales del país.

En términos de economía, Figuereo subraya el ahorro operativo que los taxis eléctricos representan para los conductores. 

“Un vehículo eléctrico tiene costos de mantenimiento y energía significativamente menores que uno de combustión interna. Esto es fundamental para los taxistas, quienes podrán incrementar sus ingresos,” destaca.

Un modelo replicable

El caso de República Dominicana podría convertirse en un referente para otros países de la región que también enfrentan el desafío de modernizar sus sistemas de transporte. 

Sin embargo, para garantizar el éxito del proyecto, será crucial superar las barreras actuales de infraestructura y coordinación entre los actores involucrados.

“Estamos comprometidos con hacer que este proyecto sea un éxito. Sabemos que hay retos, pero también grandes oportunidades. La movilidad eléctrica es el futuro, y no queremos quedarnos atrás,” concluye Figuereo.

Con las primeras unidades listas para circular en enero y planes concretos para desarrollar una red de carga adecuada, la CNTU busca sentar las bases de un sistema de transporte más limpio, eficiente y sostenible en República Dominicana. 

Si bien el camino hacia los 6,000 taxis eléctricos será largo, la meta final promete transformar la movilidad en el país para 2026.